Las muchas muestras de cariño recibidas por Ariel Jiménez, al anunciar su salida del país para asumir responsabilidades académicas en una importante universidad norteamericana, demuestra que la decencia en la política reditúa beneficios.
Aún los adversarios políticos le han manifestado parabienes y han destacado sus cualidades profesionales, humanas y políticas, poniendo de lado el color de la parcela política en la que él habita.
Juan Ariel, hay que decirlo, representa una casta de políticos (que nada tiene que ver con generaciones) decentes, capacitados y bien intencionados que gana terreno aún en una sociedad que se torna superficial y agresiva.
En ese mismo perfil se enmarcan dirigentes del partido oficialista que, a pesar de estar en el poder, no han perdido su don de gente, sin que eso les quite su beligerancia política.
David Collado
Esta semana David Collado externó que competirá por la Presidencia de la República luego de que termine el ciclo de Luis Abinader.
Ese señalamiento ha sido recibido sin mayores molestias ni siquiera por aquellos que pudieran tener que en el futuro entrar en disputa con él. Eso se debe a que Collado también es de los que ejerce la política con decencia.