SANTO DOMIGO.- La joven Ninoska Brito Montero confesó que envió una caja de brownies con marihuana a mujeres del campamento por “Las tres causales” para llamar la atención al Gobierno y a la sociedad a favor de que se despenalice el aborto en esas circunstancias.
Brito Montero confesó ante el Ministerio Público que es una activista de las tres causales y que participó del campamento montado frente al Palacio Nacional y dijo haberse sentido frustrada porque la protesta estaba estancada.
“No veía que ocurría nada que llamara la atención de alguna forma, sobre la sociedad o el gobierno y se me ocurrió hacer algo que llamara la atención, que pusiera el foco en lo que estaba ocurriendo en el campamento”, confesó la joven activista a favor del aborto.
En el interrogatorio realizado por el Ministerio Público, reveló que la intención de enviar los brownies con marihuana era crear una controversia pública que pusiera en el centro de la opinión pública el campamento por las tres causales y así ganar simpatías públicas para su causa.
Cuando ocurrió el incidente, las cabecillas del campamento acusaron a grupos antagonistas a su causa de ser los responsables del hecho y lo atribuyeron a prácticas de grupos que promueven el odio.
La activista Ninoska Brito Montero fue arrestada por el Ministerio Público la semana pasada tras determinarse que fue la persona que envió los dulces con drogas a través de un servicio de delivery.
En el allanamiento se encontraron manifiestos feministas y a favor de las tres causales, los cuales fueron parte de la acusación inicial formulada por el Ministerio Público, pero luego fueron retiradas cuando se hizo la solicitud de medida de coerción luego de que los grupos pro “Tres causales” se quejaran.
La joven activista forma parte de los grupos que exigen la despenalización del aborto en caso de violación o incesto, cuando la vida de la padre peligra y cuando el feto venga con malformaciones incompatibles con la vida.
Brito Montero explicó que el 18 de abril se le ocurrió enviar esos postres hechos con marihuana en el entendido de que esa droga se tiene como no tóxica. “Entendía que nadie iba a perder la conciencia, ni el juicio consumiendo esos postres, sino que iba a ser una sensación de relajación o algarabía, ansiedad tal vez como mucho, pero manejable”.
Confesó que hizo los postres en su casa y compró mil pesos de marihuana para introducírselo antes de enviárselo a las activistas como una forma de llamar la atención pública y generar simpatías.
La joven arrestada confesó ser una activista por las tres causales y que había participado en al menos tres oportunidades en el campamento.