Alexandra Clark se presentó el día de su graduación, en el Americus Sumter High School, metida en un ataúd que, a su llegada al centro escolar, fue sacado de un coche fúnebre.
Asegura que lo hizo porque quería prevenir a sus compañeros de los excesos de la fiesta, para que no bebieran si después iban a coger el coche.