NEW YORK.- ¿Qué es más impresionante que un jonrón de 463? Uno de 466 pies dos días después.

El dominicano Juan José Soto sobrepasó su marca personal con el vuelacercas más largo de su carrera al triturar una slider de 89.7 mph del abridor de los Mets, Robert Gsellman, hacia lo esquina Coca-Cola por el jardín derecho de Citi Field en la primera entrada del juego del miércoles.

Con Trea Turner y Adam Eaton en base en la propia primera entrada, el jonrón de Soto le dio rápida ventaja de 3-0 a los Nacionales.

El kilométrico batazo es el quinto jonrón más largo registrado por Statcast (desde 2015) entre los jugadores de los Nacionales. Salió de su bate a 112.9 mph, la cuarta mejor marca entre los jugadores del club desde 2015. Y a su noche todavía le faltaba.

En el sexto inning, Soto mandó una cutter del zurdo Justin Wilson a una distancia proyectado por Statcast de 403 entre el central y el izquierdo. Su cuarto jonrón de la temporada — y número 60 de su carrera– salió de su bate a 102.6 mph.

Miguel Sanó siempre ha demostrado poder.

Dar bambinazos se ha convertido en marca de fábrica para el joven toletero de 21 años. “Uno ni lo siente”, dijo Soto después de su bambinazo del lunes. “Simplemente ves la pelota saltando del bate y no sientes nada”.

Mientras que Miguel Sanó utilizó toda su corpulencia para hacer un swing violento, como de costumbre. El cuarto cuadrangular de Sanó en la campaña habría caído en el segundo nivel de las gradas del jardín izquierdo en el Miller Park, en algún rincón junto a la punta del tobogán de Bernie Brewer.

Statcast proyectó la distancia de ese batazo desde el plato en 442 pies. Hasta el momento, nadie ha podido confirmar visualmente el lugar exacto donde cayó dicho batazo. “Nunca lo vi aterrizar”, confesó el analista de televisión de los Cerveceros, Bill Schroeder. “¿Se fue por encima del tobogán de Bernie?”

—Potencia
“No tengo idea de dónde aterrizó esa pelota”, respondió el narrador de los Mellizos, Dick Bremer, aceptando la conclusión de que la pelota, en algún momento, había superado la cerca, pero sin saber adonde cayó.