Niños huérfanos por tragedia Jet Set enfrentan duelo inevitable; psicólogos llaman familiares a acompañar su proceso con claridad
Santo Domingo.- Ante la tragedia por el colapso del techo en el Jet Set, que dejó 226 víctimas mortales y más de 180 heridos, hay una nueva realidad que afecta a muchos hogares, los niños que quedaron huérfanos por uno o ambos padres que se encontraban en el lugar y que se enfrentan a vivir el duelo por la pérdida.
Y es que en la emblemática discoteca Jet Set, al momento de la tragedia, se encontraban parejas disfrutando de la fiesta amenizada por el merenguero Rubby Pérez, resultando en muchos casos con ambas personas fallecidas y dejando en la orfandad a niños en diferentes edades, incluso algunos de pocos meses de nacido.
De acuerdo con el psicólogo Gustavo Duvergé, experto en terapia infantojuvenil, es imposible evitar el duelo en los niños que ahora se ven sin sus progenitores, lo que sí deben hacer los familiares es acompañarlos y ayudarlos para facilitar el proceso.
Este duelo, sostuvo, es definido como el proceso emocional que atraviesa una persona tras sufrir algún tipo de pérdida significativa y que, en el caso de los niños, debería ser normalizado, ya que se trata de proceso natural de la vida.
Es así como las familias enfrentan el reto de explicar a los niños sobre la muerte de sus seres queridos, por lo que es importante saber cómo expresarlo, a sabiendas que ellos pueden no comprender del todo la situación, así lo indicó el psicólogo Amaury Ramírez.
Duvergé precisó que con los niños hay que ser claros, puntuales y empáticos, es decir, explicarles quien falleció y también la manera, aunque sin entrar en detalles, e ir dando respuestas a las preguntas que él pueda ir formulando.
“Una manera puede ser: hubo un trágico evento inesperado (explicarle qué es un trágico evento inesperado) que consistió en tal situación, donde perdieron la vida muchas personas, incluyendo tal persona”, dijo, sobre todo, en este caso que es de dominio público.

Señaló que un recurso didáctico que pueden utilizar es explicarles que los seres humanos son seres vivos, y como tales, están sujetos al ciclo natural de la vida.
Para Ramírez esto también se puede realizar con un cuento previo a darle la información, el cual muestre una situación alusiva, pero con un mensaje claro, por ejemplo “Cuando una persona muere ya no está con nosotros, por eso la recordamos y guardamos su foto recordándola con amor. Ella no quería irse y dejarnos, solo que termino su tiempo de vida junto a nosotros”.
Informar con claridad: niños estarán expuestos en otros entornos
Duvergé puntualizó que hay que ser bien precisos al transmitir la información a esos niños que quedaron en la orfandad, porque no siempre estarán presentes, ni podrán controlar la manera en que un compañerito del colegio o vecino se lo vaya a comunicar.

Asimismo, consideró pertinente permitirles a los niños participar de los distintos actos ceremoniales del adiós, incluyendo el entierro, salvo, que el mismo niño muestre resistencia, pero antes de, hay que explicarles lo que allí sucederá.
De igual forma, Duvergé destacó la relevancia de brindarles otras alternativas de despedirse, como pudiera ser que el niño le dedique una carta o un dibujo al ser querido.
Luego también es importante conversar con ellos sobre lo que sienten, donde podremos encontrar emociones como el miedo, culpa, ira y vergüenza, teniendo en cuenta que todo lo que expresen sentir es válido, y que ellos tienen sus formas particulares de vivir el duelo.
Por ejemplo, Jean Piaget presenta el concepto del egocentrismo infantil, el cual forma parte del desarrollo cognitivo conductual, donde plantea, entre otras cosas, que ellos pueden percibir que, lo que sucede a su alrededor es por culpa de ellos, sea positivo o negativo. No hablar al respecto, facilita que el niño pueda asumir ideas erróneas y que le generen mayor angustia.
Creencias que limitan apoyo a los niños
Duvergé manifestó que son diversos los mitos que existen sobre el duelo en sentido general y que es mayor cuando se trata de los niños, entre los que citó las creencias de que él no puede entender la muerte, “es mejor no hablar sobre el tema”, “no es bueno llevarlos a los actos fúnebres” y “los niños no se dan cuenta”.
También suelen expresar que los niños superan el duelo más pronto que los adultos, que no sufren el duelo o que si juegan significa que no están afectados.
Todo lo anterior limita y cohíbe al niño de uso de su resiliencia y afrontar el duelo de manera natural, “por lo que luego vemos en consulta a adultos que presentan duelos no resueltos, generando distintas alteraciones en su sique”, enfatizó Duvergé.
Buscar ayuda profesional
En definitiva, comentó que en estos momentos los niños no necesitan ser introducidos en una burbuja, sino ser provistos de entornos que verbalicen lo sucedido, den respuestas a sus inquietudes, propicien y validen sus emociones.
En el caso que el adulto no se sienta en la posibilidad de implementar lo planteado, Duvergé recomendó que no tarde en procurar apoyo profesional.
Además, el pasado presidente del Colegio Dominicano de Psicólogos (Codopsi), Amaury Ramírez, subrayó que si se observan cambios bruscos en el estado de ánimo del niño o conductas que pongan en riesgo al mismo es recomendable buscar ayuda profesional.
Le invitamos a leer: Recuperación emocional: un paso colectivo tras la tragedia en el Jet Set
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Yamer Javier
Periodista especializada en la fuente de salud. Máster en Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas,
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