Puerto Rico.-Corrían los primeros años de la década del 90 cuando el género tropical, aunque menguante, aún coronaba las ondas radiales en Puerto Rico.
Eran los tiempos del asentamiento de la llamada generación X, el umbral de la masificación de la Internet y la plena gestación de lo que hoy el mundo conoce como el reguetón.
La salsa, que ya venía luchando por su supervivencia desde los años 80 cuando géneros como el merengue y el pop acrecentaron su presencia, prácticamente se sostenía de los exponentes -vivos o fallecidos- de aquella época de gloria de los años 60 y 70.
Hacía su llegada también, para complicar las cosas, el notorio canal de televisión MTV que impulsó en sus inicios a géneros como el pop y el rock norteamericano y transformó la industria de la música.
Ante ese panorama, considerado poco fértil para la salsa, un adolescente de apenas 15 o 16 años apareció en escena: Gerardo Rivera Rodríguez, artísticamente Jerry Rivera.
Concierto
— Carrera
Fue con esa proeza de haber emprendido una carrera artística con todos los pronósticos en contra -y sostenerla por los pasados 35 años- que Jerry Rivera llegó hasta el Coliseo de Puerto Rico, José Miguel Agrelot.