Un japonés ha conservado la amistad con una criatura extraña que parece de otro planeta, un sargo asiático.
Por unas tres décadas, Arakawa, un buzo japonés de 79 años, ha estado visitando a “Yoriko”, un sargo asiático al que llaman en japonés kobudai (kobu en japonés significa bulto), él vive en las aguas del Parque Submarino de Hasama, a un par de horas al sur de Tokio.
Cuando Arakawa encontró al pez, estaba lesionado.