El 25 de junio, al filo del mediodía, el equipo de Islas Vírgenes de Estados Unidos cayó ante República Dominicana 86-94 en las rondas de clasificación del baloncesto femenino realizadas en el Gimnasio Nacional José Adolfo Pineda.
Esa derrota cayó como balde de agua fría a las virgenenses que el día anterior habían superado a la selección de México por 79-69.
El traspié ante las dominicanas no mermó el ánimo de Islas Vírgenes, más bien, sirvió de impulso para lograr la victoria en los partidos venideros. Y así fue, lograron superar a Puerto Rico por apenas un punto 60-61 y se empacharon con las atletas independientes de Centro Caribe Sports 55-70.
Islas Vírgenes pasó a la final que se jugó el 28 de junio, nada más y nada menos que ante República Dominicana nuevamente.
Esta vez las cosas cambiaron, las virgenenses cambiaron los pronósticos y lograron vencer a las dominicanas por 76-72, cuatro puntos de diferencia suficientes para lograr la reivindicación.
Así las cosas, Islas Vírgenes se quedó con la medalla de oro, República Dominicana con la plata y Puerto Rico con el bronce.