
Cuando Fernando Rodríguez (nombre ficticio), recibió la noticia de que solo le quedaban 15 minutos de vida, sentimientos encontrados le invadieron, solo pensó en la menor de sus hijos, a quien no volvería a abrazar y no estaría a su lado en los momentos más críticos.
En medio de la angustia y motivado por el dolor de partir sin antes siquiera despedirse, llamó a una amiga cardióloga para obtener mejores atenciones médicas en otro centro de salud, pues en el que se encontraba no contaba con los equipos médicos requeridos para garantizarle la vida.
Condujo de forma temeraria desde el municipio Los Alcarrizos hasta el Centro Médico Moderno, en el Distrito Nacional y en 11 minutos llegó.
Con apenas 42 años, Fernando, quien presentaba síntomas de un preinfarto, se debatía entre la vida y la muerte.
¿La causa? estrés crónico, debido a que no dormía las ocho horas que recomiendan los médicos para llevar un estilo de vida sano y ni intentando dormir durante esa cantidad de horas lograba descansar, esto derivó en él una irritabilidad constante.

Fernando, quien ahora confiesa que aquel acontecimiento significó un antes y un después en su vida, relata que previo al evento cardiovascular sostuvo una fuerte discusión con un pariente producto de la tensión que le rodeaba.
Cuenta que en aquel entonces sobre sus hombros estaba la dirección de una iglesia de casi 70 miembros a la cual se dedicaba tiempo completo, era agente de migración, cursaba una maestría en el exterior y era jefe de hogar, de modo que siempre estaba ocupado.
Envuelto en los afanes del día a día descuido su salud, su descanso.
Como Fernando el 40% de la población mundial padece de algún trastorno del sueño, según la Organización Mundial de la Salud.
Consecuencias conductuales de no dormir
La psiquiatra Yudelca Tronilo Cáceres explica que cuando el ser humano se somete a un nivel de estrés crónico todos los días por más de una semana, la calidad de sueño se ve afecta ya que se altera el ciclo natural de los niveles de la hormona cortisol, encargada de regular el estrés.
Es decir, lo ideal sería que estos niveles estén elevados en la mañana y disminuyan al final de la noche, cuando ha pasado el ciclo circadiano, para que se libere la hormona melatonina quien regula el sueño.

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Katherine Espino
Katherine Nicole Espino Cuevas. Periodista, locutora profesional y CMM. Máster en Comunicación Política Avanzada por Next Educación (Madrid). Amante de la escritura bien hecha, las historias con sentido humano y las causas sociales. Creo en la comunicación con propósito, en los valores y en ...