Al parecer en su afán por ganarse unos pasajeros, un conductor de un minibús del transporte público irrespetó la luz roja del semáforo ubicado en la avenida John F. Kennedy con Doctor Defilló.
En ese momento una madre y su hija adolescente cruzaban la calle, confiados en que para ellos estaba encendida la luz de cruzar.
El imprudente conductor impactó a la adolescente provocándole terribles fracturas múltiples en las dos piernas. Milagrosamente ella salvó la vida, pero le quedarán secuelas para el resto de su vida.
La madre, desesperada, gritaba desconsolada mientras pedía ayuda. Una unidad del 9-1-1 llegó en su auxilio y los motoconchistas que estaban cerca auxiliaron a la madre, pero en su indignación intentaron agredir al conductor.
En este caso se trata de un conductor de vehículo del transporte público, pero es irrespeto a las señales de tránsito viene de todos los estamentos.
Para muchos la luz roja es respetada a discreción, como si las leyes de tránsito lo permitieran.
Un vehículo mal conducido es una potenciar arma letal. República Dominicana tiene la triste gloria de ser el segundo país del mundo con más cantidad de muertes en accidentes de tránsito por cada cien mil habitantes. La razón fundamental de esas estadísticas es la ligereza con que nos tomamos las leyes de tránsito.
Hacer de nuestras calles un lugar más seguro es responsabilidad de todos, ciudadanos y autoridades, eso también permite elevar la calidad de vida.