En República Dominicana hay personas con habilidades fuera de serie para desaparecérsele a la justicia como por arte de magia, y no porque las autoridades se hayan cansado buscar y no encontrarlos para que paguen por los delitos que se les atribuye; quizá es que no ha sido tan fácil coincidir con los buscados…
Por ejemplo, la sociedad sigue esperando saber cuál fue la fórmula mágica utilizada por Quirinito, el ‘muerto’ que se auto-desapareció sin dejar ni una pista del camino que emprendió.
También se desapareció sin dejar rastro el abusador que le cortó una mano a Eremio Pérez Gómez, en Cristo Rey, un señor de avanzada edad que también sufrió otras heridas.
De Cristo Rey se desapareció la mujer que le quitó la vida a un chino en un establecimiento comercial de la avenida Duarte, y sobre el caso de la niña Cielo, a la que otro abusador cortó las dos manos, no se sabe claramente cuál fue su paradero, si finalmente las autoridades lo encontraron o si se lo tragó la tierra.
La frontera, una mina de dinero
La operación Frontera pone a pensar en qué tan efectivos han sido los esfuerzos realizados para proteger esa franja en sus diferentes puntos de acceso.
¿Están rindiendo resultados acciones como los equipos de vigilancia que se han dispuesto en los últimos meses, entiéndase drones, vehículos, helicópteros, más efectivos militares y ampliación del patrullaje? ¿Son todos los que están en la operación? ¿Habrá otras redes que se dediquen al tráfico de indocumentados en las que participen más militares?
Son cosas que quizá no se sepan.
