Santo Domingo. Investigadores estadounidenses han puesto en entredicho el predominio del modelo médico tradicional y la comercialización de medicamentos psiquiátricos como soluciones rápidas para tratar la depresión, argumentando que estas prácticas han llevado a un dramático aumento en la prescripción de psicotrópicos.
Un estudio publicado en la revista Frontiers in Medicine analiza los daños provocados por la influencia de la industria farmacéutica en la investigación y el tratamiento de la salud mental.
El trabajo resalta cómo el enfoque en ampliar el diagnóstico y tratamiento de la depresión no siempre responde a una perspectiva adecuada de salud pública. Los autores advierten que la influencia de las farmacéuticas ha resultado en «una sobreestimación de la eficacia de los medicamentos psicotrópicos y una subnotificación de sus efectos adversos».
Según los investigadores, esto ocurre porque «los principios comerciales que rigen las farmacéuticas son incongruentes con los principios de las investigaciones y las intervenciones en salud pública».
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Un enfoque alternativo necesario
Para mejorar la investigación en salud mental y desarrollar intervenciones que beneficien al público, los autores del estudio destacan la necesidad de enfoques no reduccionistas, basados en perspectivas biopsicosociales.
El estudio denuncia que algunas farmacéuticas han creado un mercado global multimillonario en torno a los medicamentos antidepresivos.
«Se incentiva a las empresas a perpetuar una visión biomédica del malestar humano, que facilite el desarrollo y venta de psicotrópicos y dispositivos médicos», explican los investigadores.
Efectos sociales y codificación de síntomas
El informe también llama la atención sobre los crecientes niveles de desesperación social, estrés, agotamiento e insatisfacción laboral.
Según los autores, los modelos psiquiátricos actuales tienden a codificar estas manifestaciones como trastorno depresivo mayor, describiéndolo típicamente como «un trastorno biológico que requiere medicación».
Los investigadores concluyen que para abordar la depresión de manera más efectiva es necesario ir más allá del modelo biomédico y adoptar enfoques integrales que consideren las complejas interacciones entre los factores biológicos, psicológicos y sociales.