Inversión inmobiliaria: ¿seguridad o riesgo?

Inversión inmobiliaria: ¿seguridad o riesgo?

Inversión inmobiliaria: ¿seguridad o riesgo?

La prestigiosa revista “The Economist” recién publicó un reportaje que cuestiona si la propiedad inmobiliaria es realmente la inversión más segura que se pueda realizar.

 Y respaldan dicha interrogante con la regla fundamental del negocio inmobiliario: donde haya terrenos abundantes se construye horizontalmente lo más posible.

Ejemplos de estas ideas las encontramos en las construcciones en la isla de Manhattan, Nueva York, donde la limitación de terrenos ha permitido preservar valores inmobiliarios.

El otro extremo se refleja en Dubái, donde en medio del desierto se ha construido una torre de más de 800 metros de altura, la Burj Khalifa, que ha quebrado por falta de demanda a costos tan elevados.

El especialista Andrew Lawrence, del Barclays Capital, es señalado afirmando que la construcción de edificios excepcionalmente altos es un buen indicador de una crisis inmobiliaria en formación.

Los valores inmobiliarios se mueven en ciclos, y mientras más ambiciosas sean las escalas de construcción, más aguda será la caída en su valor.

 Las experiencias recientes a nivel mundial nos han mostrado cuán dañinas resultan las crisis inmobiliarias. Para una muestra, solo tenemos que ver lo sucedido en España o Estados Unidos de Norteamérica.

En el país, cada vez más se notan las construcciones de torres residenciales, de 8, 10, 12 pisos o más. Inclusive, en ciertas zonas, se levantan edificaciones que contrastan con el perfil de la ciudad por su altura y precios, amén del caos que provocan en calles y servicios públicos.

Lo que no se nota es la construcción masiva en decenas de miles de unidades anuales de viviendas para las clases media, media-baja y baja, segmentos del mercado de amplísima base de demanda, y talvez de una mayor estabilidad en cuanto su valor.

En estos mercados, la especulación se hace más ausente, haciendo de ellas una inversión más atractiva que torres infladas, susceptibles de perder un 20 ó 30 por ciento de su valor con cualquier incidente que ocurra en el mercado.

Nuestros promotores e ingenieros deberían ponderar las conveniencias de aumentar las construcciones para los mercados de clase media y baja, y talvez una desaceleración de la  construcción de torres, para que la propiedad inmobiliaria se mantenga como alternativa de inversión segura, tal y como aún es al día de hoy.



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