Transformar la agricultura exige innovación, políticas públicas integradoras y financiamiento equitativo

La transformación de la agricultura en República Dominicana debe basarse en pilares fundamentales como la ciencia, la innovación, políticas públicas eficaces y un sistema de financiamiento inclusivo que priorice a los pequeños productores.
Así lo afirmó Manuel Otero, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), al abordar los retos y oportunidades del sector agropecuario nacional.
Otero sostuvo que la transformación del país debe partir de una fuerte inversión en ciencia e innovación.
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“Los países tienen que invertir en ciencia e innovación para luego capitalizar eso. Pero para que eso funcione, necesitamos jóvenes y emprendedores que puedan transformar ese conocimiento en beneficios concretos para los agricultores”, expresó durante el evento “Agricultura 4.0, transformando los sistemas alimentarios en las Américas”, realizado por la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD).
Subrayó que esta innovación también requiere del diseño de nuevas políticas públicas. “Hace falta más y mejores políticas, desde el Estado, pero reconociendo que el sector privado es clave. Es el sector privado el que asume los riesgos, el que sabe si producir más arroz, más café o más cacao, y eso define toda una matriz productiva y de exportaciones”, explicó.
En su intervención, Manuel Otero destacó que República Dominicana está manejando bien este proceso, aunque recordó que muchas decisiones tomadas hoy demoran en mostrar resultados.

Por eso, insistió en que el país está “encarrilado, metido en una senda de transformación e innovación”, aunque hizo una recomendación clave: cuidar a los agricultores y sus familias en las zonas rurales, donde las condiciones suelen ser más precarias que en las grandes ciudades.
“En Santo Domingo pueden estar los mejores hospitales y universidades, pero en las zonas rurales no siempre es así. Ojalá las zonas rurales tengan la misma calidad de vida y posibilidades que las grandes ciudades”, dijo.
Agricultura 4.0 sin excluir a los pequeños
Otero también planteó el desafío de avanzar hacia una agricultura moderna, sin dejar fuera a quienes tienen menos recursos.
A su entender, los pequeños y medianos agricultores no deben ser las variables de ajuste. “Hay que darles mejores condiciones de vida, con educación, salud y conectividad. Si no hay conectividad, es muy difícil para ellos acceder a nuevas tecnologías. Uno puede hablarles de buenas prácticas, pero si no pueden ver su teléfono o conectarse, es inútil. Y terminan yéndose a las grandes ciudades”, advirtió.
En ese sentido, insistió en que la agricultura debe incluir a todos: pequeños, medianos y grandes productores. “La ciencia y la innovación también tienen que diseñarse pensando en los más pequeños, que son los más vulnerables”, afirmó.
Uno de los principales retos, aseguró, es el acceso al financiamiento. Para Otero, una vía efectiva es la organización en cooperativas.
“Un pequeño agricultor con excedentes limitados y dependiente de intermediarios necesita unirse. En las cooperativas se accede a mejores precios, a insumos tecnológicos, y se aumenta el volumen de producción. La unión hace la fuerza”, aseveró.
Financiamiento: el gran desafío estructural
Fernando Durán, administrador del Banco Agrícola, coincidió en que el financiamiento sigue siendo uno de los principales desafíos para el sector.
Citando cifras del Banco Central, reveló que en 2024 la banca múltiple otorgó préstamos por un total de 922 mil millones de pesos a los sectores productivos del país, pero solo 22 mil 400 millones —el 2 %— fueron destinados al sector agropecuario.
“Ese es uno de los grandes problemas que el país debe abordar. Lo he conversado con autoridades del sector y con el gobernador del Banco Central. Parte del problema tiene que ver con el alto riesgo climático que enfrenta la agricultura, pero también con la estructura misma del financiamiento”, señaló.
Durán defendió el programa de financiamiento a tasa cero impulsado por el Banco Agrícola, destacando su impacto positivo en momentos de crisis.
“Acabábamos de salir de la pandemia, y el sector agropecuario estaba totalmente descapitalizado. Esa iniciativa fue reconocida por muchos productores, porque les permitió recuperarse y seguir operando”, dijo.
Además, informó que parte de los fondos recuperados del programa de tasa cero están siendo utilizados para ayudar a sectores afectados como los bananeros y productores de cacao, algunos de los cuales tienen deudas acumuladas por más de 2,200 millones de pesos.
“Estamos reestructurando esas deudas, colocándolas también a tasa cero para facilitar su recuperación”, concluyó.
Durán también anunció el desarrollo del programa Campo Joven, que busca financiar proyectos agrícolas liderados por jóvenes menores de 35 años.
“Estamos incorporando a jóvenes al campo con apoyo financiero real. Queremos que se sumen a la producción y encuentren en el campo una oportunidad de futuro”, indicó.