El anuncio de un paquete de iniciativas legislativas y ejecutivas en procura de hacer más transparente la administración pública y prevenir la comisión de actos de corrupción representa una señal en el camino correcto.

Ese anuncio, hecho por el presidente Luis Abinader junto con el enjuiciamiento de un grupo de personas acusadas de acciones lesivas al erario, indica que se estrecha el cerco a la impunidad.

Al hacer un detenido análisis a lo anunciado por el Mandatario, se puede vislumbrar la profundidad de lo que se pretende.

Primero, se habla de aumentar la supervisión de la asistencia social, poner en una vitrina el quehacer del Estado, colocar candados a puertas por donde pueden entrar las malas prácticas y poner rostros a los responsables de hacer que esas medidas marchen, representan mensajes adecuados para una población que clama por el adecentamiento de la forma en que se manejan los recursos públicos.

Ojalá el Congreso Nacional se monte en ese carro y tome la simbólica decisión de eliminar esas prácticas que se denominan “barrilitos o cofrecitos”.

Aplaudimos la iniciativa de un proyecto de ley sobre publicidad estatal para que el Presupuesto del Estado no sea un mecanismo de recompensa ni de castigo.

Pero dos iniciativas de transcendencia más profunda también fueron anunciadas: una eventual reforma constitucional para acentuar la independencia del Ministerio Público y blindar la Carta Magna para que sus futuras modificaciones no sean el fruto del interés de particulares para beneficiarse, especialmente con el tema de la reelección.

En esos anuncios hay mucha tela por donde cortar. Esperamos que la voluntad se convierta en realidad.