Santo Domingo.-La ruptura de la barrera de los 90 dólares en el precio del barril del petróleo, la persistencia de los altos costos en los fletes marítimos y los elevados precios de comodoties como los alimentos y el acero, son la gran amenaza que confrontan las economías mundiales, incluyendo a República Dominicana pese a todos los elogios recibidos por su manejo durante la pandemia.
El presente año inició mostrando indicios de lo difícil que sería lidiar con los precios del petróleo, pero se ha presentado el agravante de las tensiones entre Europa, Estados Unidos y Rusia por Ucrania.
Lo que desde principio de año se anunciaba como las principales amenazas para el Gobierno dominicano está haciéndose evidente: la inflación y los precios del petróleo. Ya el fenómeno empieza a generar inquietud sobre el impacto que pudiera tener en la estabilidad social.
Poco que hacer
En ambos renglones (inflación global y precio de los combustibles), el país es un espectador sin mucha capacidad de maniobra, pues es un importador neto de combustibles y sus principales socios comerciales confrontan problemas inflacionarios que les están afectando internamente.
Estados Unidos cerró el 2021 con la más alta en 39 años, impulsada en gran medida por la depreciación del dólar en los mercados internacionales fruto de la expansión del gasto masivo en los programas de asistencia social del Gobierno de Estados Unidos.
Los atascos en las cadenas de suministro y la crisis energética son algunas de las causas que hicieron subir el precio de bienes y servicios.
El precio de los alimentos, la gasolina, la vivienda y los autos usados empujaron con fuerza el costo en el denominado Coloso del Norte.
República Dominicana no está excenta de los mismos retos. El Banco Central estima que la inflación para el 2022 será de más o menos 4 por ciento, sin embargo, la creencia generalizada entre los economistas es que será superior al 6 por ciento.
El Banco Central ha tomado medidas monetarias para contener la inflación, como por ejemplo, inducir alzas en las tasas de intereses con tal de retirar pesos del mercado y que así se valorice frente al dólar.
La zona Euro
La presión inflacionaria externa va más allá de Estados Unidos, el principal socio comercial dominicano.
Los mismos factores han afectado a los países de la Unión Europa, que en noviembre cerró con una inflación anualizada (noviembre 2021-noviembre 2022) de 4.9 por ciento, la más alta desde la creación de ese bloque de países.
El Banco Central en dos meses ha aumentado en 200 puntos básicos su tasa de interés de política monetaria. Inicialmente estaba a un 3 por ciento, en noviembre lo subió 0.5 por ciento, a principio de año la subió a 4.5 por ciento anual y la semana pasada volvió a subirle 0.5 % para llevarla a 5 %.
La tasa de política monetaria es la que sirve de referencia para las tasas de intereses de los bancos para los préstamos que colocan al público.
Con esas medidas suben las tasas de intereses, lo que hace menos atractivo para el consumidor tomar préstamos, mientras que para la banca lo hace más atractivo mantener parte de su capital dentro del Banco Central.
La inflación está relacionada con la recuperación de la economía, pues luego de restricciones en el gasto y la inversión de las familias y las empresas, se ha producido una expansión en la demanda de bienes y servicios.
El Banco Central afirma que la economía creció más y más rápido de lo esperado, influenciada por el buen desempeño de sectores con un alto encadenamiento productivo como construcción, manufactura local, zonas francas, comercio, así como por la recuperación del sector hoteles, bares y restaurantes.
“Estas perspectivas positivas para la economía dominicana están apoyadas en la recuperación significativa de la demanda interna, los importantes avances en el plan nacional de vacunación y la mejoría gradual del turismo”.
El reto que tienen las autoridades monetarias por delante es mantener el crecimiento de la economía y adoptar medidas que le permitan contener el efecto local de la inflación global.
Dinero
— Los intereses
El aumento de 3 a 5 % en la tasa de interés de política monetaria tiene el objetivo básico de encarecer el dinero y darle la opción a la banca de acogerse a los instrumentos del Banco Central.