Inflación y política monetaria

Inflación y política monetaria

Inflación y política monetaria

Antonio Ciriaco Cruz

En su última reunión del año 2022, el comité de política monetaria del Banco Central dejó intacta su tasa de política monetaria al nivel del 8.5 %. Se puede intuir que la decisión obedece a que la inflación ha venido cediendo, ubicándose en noviembre al nivel de 7.58 % interanual.

¿Por qué los bancos centrales aplican políticas monetarias restrictivas a sabiendas de que desaceleran el ritmo de la actividad económica? Una de las formas más simples de pensar sobre la relación entre la inflación, crecimiento y la política monetaria es la siguiente, a saber: una política monetaria restrictiva reduce el crecimiento del consumo y la inversión al encarecer el costo del dinero por el alza en la tasa de interés. A su vez, esta menor demanda reduce la inflación a través de las decisiones de fijación de precios de las empresas, pero a costa de un menor crecimiento y empleo.

Esta visión por parte de los bancos centrales supone que los mercados son competitivos y los precios son flexibles. No obstante, esto parece que no ocurre en determinados mercados (combustibles, transporte, electricidad). Los precios, en su dinámica, reaccionan muy rápidos hacia el alza, pero muy lentos hacia la baja; por eso, la convergencia hacia la “inflación meta” tiende a ser lenta.

Por otra parte, la inflación importada es muy relevante en el actual contexto geopolítico. La inflación ha cedido, no solo por las medidas del Banco Central, sino también por la moderación en los precios del petróleo, de las materias primas y los fletes. Los flujos de las cadenas de suministros globales se han estabilizados y la política de subsidios ha sido efectiva.

Por último, una consideración importante es lo que sucederá con la inflación en el año 2023. Si bien las últimas proyecciones muestran que la inflación se ha desacelerado en 2022, factores geopolíticos dejan la preocupación de que la inflación sea más persistente de lo esperado en el futuro. Por eso, es prudente que el Banco adopte un esquema de “gestión de riesgos de la política monetaria”. Quizás ya lo tiene.