La recesión económica provocada por la pandemia del Covid-19, impidió el cambio de postura de los Bancos Centrales en su política monetaria no convencional.
Con la aparición de las vacunas anti-COVID-19, la recuperación económica se hizo evidente en la mayoría de las economías del mundo.
La irrupción de una demanda de bienes y servicios reprimida provocó prolongados atascos en las cadenas de suministros en los principales mercados y puertos del mundo que, unido a restricciones en la oferta de granos básicos, dieron inicio al repunte de la inflación, fenómeno que hacía décadas estaba controlado por los Banco Centrales.
La situación se agrava con la invasión militar de Rusia a Ucrania, siendo estos países importantes productores de combustibles y materias primas esenciales.
Rusia, productor clave de petróleo, gas natural, metales, fertilizantes y trigo; Ucrania, una superpotencia productora de maíz, trigo, cebada, metales y minerales.
Esta invasión a Ucrania ha exacerbado importantes tensiones en los mercados del petróleo, combustibles y materias primas agrícolas, impulsando y exportando la inflación de costos.
Estos choques externos se han transmitido con fuerza en el país, afectando los costos de producción de los sectores productivos nacionales y provocando alzas de precios en importantes renglones de la canasta básica familiar, tales como los alimentos, combustibles, transporte, materiales para la construcción de viviendas, entre otros.
Para combatir la inflación, el banco central ha venido elevando su tasa de interés de referencia de 3.00 % en noviembre de 2021 a 7.25 % en junio de 2022 (425 puntos básicos acumulados), siendo esta última su mayor aumento de tasa individual desde 2009, cuando la subió 8.50 %.
El Banco Central de la República Dominicana, al igual que otros bancos centrales, han venido sobreactuando con su tasa de política monetaria.
La inflación que vive el país y el mundo, en esencia, no es de origen monetario, sino una inflación provocada por el alza en la energía, en los combustibles y restricciones en la oferta de insumos agrícolas. Seguir apretando la política monetaria y encareciendo el dinero, en este contexto, es el mejor camino hacia la recesión.
*El autor es economista. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD.