Inflación, remesa y globalización

Inflación, remesa y globalización

Inflación, remesa y globalización

Uno de los factores que ha facilitado que la economía dominicana haya salido a flote en medio de un ambiente tan adverso, ha sido la toma de decisiones oportunas para mantener la salud de sus indicadores macroeconómicos.

Así lo han reconocido organismos tan rigurosos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y numerosas agencias de calificadoras de riesgos.

También ha jugado un factor importante la solidaridad del dominicano residente en el exterior por medio de las remesas.

Sin embargo, el entorno externo resulta determinante en un mundo tan globalizado como el actual y muy en particular para economías tan abiertas como la nuestra.

La inflación constituye la principal amenaza actual de la economía mundial.
Y los dos países que más dominicanos han recibido y que son los mayores emisores de divisas, registran inflación anual histórica.

Estados Unidos, con su 9.1 % de inflación, batió el récord registrado desde 1981, es decir, 42 años. España con su 10.6 por ciento superó su mayor inflación desde 1985.

El primero desde hace meses está tomando medidas para contener su inflación: el aumento de su tasa de política monetaria, con lo que está reduciendo la cantidad de dólares en manos de la gente. Por tanto, podría tener un impacto negativo en las remesas que salen de su territorio.

Pero eso también terminará encareciendo los precios de bienes y servicios ante la escasez del dólar, principal moneda para las transacciones de bienes y servicios a escala internacional.

España tiene mayores dificultades para tomar medidas monetarias por ser parte de la zona euro, pero el efecto entonces sería que la inflación haga que sus residentes requieran más euros para adquirir sus bienes y servicios.

Esos dos ejemplos son suficientes para graficar lo complejo del manejo de la economía y lo frágil de la situación de países como República Dominicana.

Por tanto, se requiere de inteligencia para las decisiones económicas y prudencia en el accionar social de todos los actores.
Hasta ahora hemos salido bien, pero la crisis no ha terminado.



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