La infección de vías urinarias se define como una infección del sistema urinario. Este lo componen la uretra, vejiga, uréteres y riñones. Dependiendo de que tan extensa sea esta, se puede dividir en cistitis (si solo afecta la vejiga) o pielonefritis (si ya existe afectación concomitante del riñón).
Elianet Castillo Vásquez, infectóloga-internista de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), afirma que es una de las infecciones más comunes vistas en consulta y a pesar de que su tratamiento parecería relativamente fácil, puesto que consiste en administrar antibióticos vía oral o endovenosa dependiendo de la gravedad del caso; en ciertos grupos, tiende a recurrir de forma incesante.
Seis de cada diez mujeres van a tener una infección de vías urinarias a lo largo de la vida.
En estudios realizados a pacientes que padecen de infecciones de vías urinarias recurrentes, se ha demostrado que disminuye su calidad de vida, llevando a un sinnúmero de consultas, seguimientos, estudios, el uso de una amplia gama de antibióticos, y en algunos casos, a hospitalizaciones frecuentes.
Se ha descrito que algunos pacientes tienen sentimientos de culpa por no poder realizar sus actividades cotidianas e incluso trastornos de salud mental como ansiedad y depresión, indica la especialista.
“Las estadísticas muestran que seis de cada diez mujeres van a tener una infección de vías urinarias a lo largo de la vida y luego de un primer episodio, tres de cada diez mujeres tienen una recurrencia en los primeros seis meses.
En el caso del sexo masculino, en general, en el hombre que tiene menos de 50 años, la ocurrencia de infecciones de vías urinarias es relativamente poco frecuente en comparación con las mujeres, sin embargo, una vez el hombre llega a tener 60 años o más, la incidencia de infecciones de vías urinarias comienza a aumentar y llega a equipararse con las mujeres, apunta.
La médica señala que se considera que una infección de vías urinarias es recurrente cuando ocurren de dos o más episodios sintomáticos en un periodo de seis meses o más de tres episodios sintomáticos en un periodo de 12 meses.
Manifestación
En infecciones leves solo se presentan los síntomas como disuria, frecuencia, urgencia y tenesmo. Cuando existen infecciones graves, el cuadro clínico es más aparatoso y el paciente, aparte de estos síntomas, también refiere fiebre, a veces con escalofríos, dolor en la espalda baja, náuseas y vómitos.
El diagnóstico
El diagnóstico se confirma cuando se realiza un examen de orina en donde se visualizan presencia de glóbulos blancos en la orina, entre otros hallazgos que nos indican que se trata de una infección, así como con la realización de un cultivo de orina en donde se evidencie el crecimiento del microorganismo que está causando el cuadro.
Es preciso destacar que los síntomas como disuria y dolor abdominal suprapúbico no son exclusivos de las infecciones de vías urinarias, estos también se pueden presentar por otros tipos de infecciones, por ejemplo, en el caso de la mujer pudiera ser una vulvovaginitis y en el caso del hombre, una prostatitis.
También se pueden ver asociados a patologías no infecciosas como cistitis intersticial o disfunción del piso pélvico por lo que una buena historia clínica es la norma, enfatiza.
La especialista refiere que existen casos donde los pacientes tienen cultivos de orina con bacterias presentes, sin embargo, no refieren tener los síntomas ya mencionados, al no tenerlos, entonces no se considera que está cursando con una infección de vías urinarias, sino que está presentando una bacteriuria asintomática, es decir, bacterias en la orina sin síntomas asociados, el cual tiene un seguimiento diferente.
“Las razones por las que ocurren las infecciones de vías urinarias son múltiples. En el caso de las mujeres, la adherencia de las bacterias y la colonización de la región de la uretra es el preludio para la infección, esto junto a otros factores como el uso de diafragma, uso de espermicidas, la influencia de los estrógenos, alteración de la inmunidad y anomalías estructurales del tracto urinario que interfieren con la resistencia natural a la infección”, dice la galena.
Factores genéticos
Añade, que se han estudiado ciertos factores genéticos entre mujeres miembros de una misma familia, aunque todavía no se han caracterizado del todo.
En el caso de los hombres, las causas más frecuentes de infecciones de vías urinarias recurrentes son las alteraciones anatómicas en las vías urinarias como litiasis renal o ‘piedras’ que pueden estar en la vejiga, en los uréteres o en el mismo riñón; así como alteraciones en la próstata como hipertrofia prostática benigna o el uso de catéteres urinarios (sondas vesicales).
Otras condiciones o enfermedades también intervienen y aumentan la posibilidad de tener una infección de vías urinarias tales como el embarazo, tener diabetes, ser inmunosuprimido, estar en falla renal o tener trasplante renal.
Explica que cuando pacientes se presentan con el cuadro clínico correspondiente, es decir, tienen los síntomas, exámenes de orina con datos de infección y cultivos de orina con crecimiento de microorganismos y refieren que presentan este cuadro repetidamente.
Alerta ante el factor que lo predispone
Es necesario descubrir el factor que está desencadenando que la infección se presente frecuentemente, puesto que en caso de que se detecte, lo ideal sería tratar de mitigar o eliminar ese factor y así disminuir la ocurrencia de nuevos episodios.
