El Gobierno de Haití ha cuestionado las deportaciones de sus ciudadanos ilegales, en medio de una campaña contra República Dominicana.
Sin embargo, las autoridades haitianas no asumen su irresponsabilidad ante el masivo éxodo de indocumentados hacia este lado del territorio, huyendo del hambre y de la inseguridad. Lo correcto de parte del Gobierno de Haití será unificar acciones para evitar que sus ciudadanos no se vean obligados a cruzar la frontera en violación de las leyes dominicanas.
La gestión de Luis Abinader debe reivindicar el derecho soberano del país para deportar a los ilegales con respeto de sus derechos.
El país está bajo juego cruzado y presiones para que detenga repatriaciones y también acepte refugiados en caso de una estampida después de materializada una intervención de la comunidad internacional que ha solicitado el presidente Luis Abinader.
Irrespeto
Los dominicanos que viven en la frontera están en zozobra, principalmente del lado por Dajabón, ya que los haitianos desde su territorio se dan el lujo de cerrar el portón y evitar el intercambio comercial cada vez que les apetece, lo que constituye una provocación a la seguridad y a la integridad territorial, ya que en cualquier momento puede presentarse un enfrentamiento.