Industrias culturales y creativas representan el 3% del PIB mundial y generan 26 millones de empleos

Industrias culturales y creativas representan el 3% del PIB mundial y generan 26 millones de empleos

Industrias culturales y creativas representan el 3% del PIB mundial y generan 26 millones de empleos

Estas informaciones se ofrecieron en el Foro Caribe Naranja iniciativa que tiene como objetivo convertir a la República Dominicana en el HUB creativo de Centroamérica y El Caribe.

SANTO DOMINGO.- La Cultura y la creatividad constituyen elementos fundamentales para el crecimiento sostenible de las naciones. A nivel mundial representan el 3% del producto interno bruto (PIB) y generan 26 millones de empleos.  Estas informaciones fueron compartidas durante la segunda edición del Foro Caribe Naranja iniciativa que tiene como objetivo visibilizar los diferentes actores que constituyen las industrias creativas, así como convertir a la República Dominicana en el HUB creativo de El Caribe y Centroamérica.

El evento organizado por Switch HAVAS y SIP Group empresas representadas por José Grateraux CEO de Switch HAVAS, Pamela Pitizia COO, Ángel Rosario director Creativo General de Switch HAVAS y Arlette Palacio CEO de Sip Group.  El mismo contó con la participación de organismos gubernamentales, agencias internacionales y empresas que están vinculadas de manera directas con este sector,  a través las artes visuales y escénicas hasta el cine, la moda, la gastronomía, la publicidad, el desarrollo de softwares, los videojuegos entre otras disciplinas que de alguna forma complementan todo el quehacer nacional.

Inka Mattila, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), durante su discurso de apertura en el Foro destacó que en la República Dominicana para el 2014 ya este sector generaba un 12.5% de empleos y en el 2016 aportó un 1.5% al PIB.  “Estas cifras nos recuerdan que fomentar el crecimiento económico inclusivo y sostenible creando empleos en el sector cultural y creativo impulsa el trabajo decente y desarrolla los mercados nacionales y locales y es esencial para mejorar la competitividad. Es una buena ruta para impulsar el desarrollo sostenible”, enfatizó Mattila.

La funcionaria del organismo internacional destacó cómo la Economía Naranja está siendo más valorada por sus aportes económicos, por su capacidad de generar valores agregados, impulsar la entrada a nuevos mercados y abrir nuevas fuentes de financiamiento, contribuyendo de esta manera a alcanzar los niveles de sostenibilidad e inclusión asumidos en la agenda 2030.

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Economía Naranja: una realidad infinita

Mientras, de acuerdo con el ex ministro de Cultura de Colombia, Felipe Buitrago, para que la economía naranja sea una realidad se hace necesario establecer una plataforma capaz de articular la cultura con el emprendimiento y la creatividad, generando una cadena de valor sostenible que permita también incorporar actividades no culturales tradicionales como la arquitectura, la moda, e incluso componentes urbanos de las ciudades que ponen de manifiesto la forma en que vivimos.

“El gran reto es detectar talentos, formarlos, capacitarlos, acercarlos a nuestra cultura, a nuestros orígenes y proporcionarles los recursos que necesitan para producir.  Tenemos el talento, pero debemos ponerles las herramientas y crear la infraestructura para que salgan del fondo”, manifestó el especialista, quien se desempeñó además como viceministro de Creatividad y Economía Naranja del Ministerio de Cultura de Colombia, y consejero presidencial para Asuntos Económicos y Estratégicos de esa nación suramericana.

Pero para Buitrago el talento y la cultura no se destacarían sin su articulación con plataformas de emprendimiento.  “Para esto es necesario el desarrollo de políticas de emprendimiento que puedan contar con el Estado, la sociedad y crear mecanismos de apoyo.  En definitiva, tener un entorno adecuado para emprender, herramientas para producir y crear y mecanismos de protección.

Los Paneles

Este año el Foro se compuso de cuatros paneles en el que abordaron desde diferentes sectores creativos los aportes y desafíos que presentan las industrias culturales:  Industria de contenido y convergencia tecnológica, El turismo Cultural y Sostenible, Web 3.0 Economía digital, una ventana al desarrollo, la Exposición Global de la industria de cine y contenido de RD.

Durante el panel Expansión Global de la Industria de cine y contenido de RD moderado por Rafael Elías Muñoz, y la participación de Laura Amelia Guzmán, Guillermo Molina, David Maler y Fernando Santos se destacó la fortaleza de esta industria en el país, generando alrededor de 250 millones de dólares durante los 10 años de existencia de la Ley General de Cine. La creación de infraestructura utilizada para producciones nacionales y extranjeras, la capacitación y especialización de capital humano son otros elementos que destacan como valores generados por la industria cinematográfica local.

Durante el panel de Turismo Cultural conducido por Luisa Feliz con la participación de María Isabel Contreras de Mochilera por el Mundo; Michelle Arthur, de Nateevos, y Yohanan Núñez, de Yohan Nature, abordaron el reto que tiene el país de producir y gestionar un sistema de indicadores estadísticos que permita planificar los destinos de manera sostenible y promover el turismo responsable como una vía adecuada que produce un impacto social en las comunidades de manera directa, generando beneficios económicos  y promoviendo y preservando la cultura de las diferentes regiones.

En tanto, el panel Web 3.0 Economía Digital, una ventana al desarrollo, Yaqui Núñez su moderador, iniciaba expresando que este sector plantea el desarrollo y el bienestar social a partir de tecnologías nuevas y disruptivas.

El panel estuvo compuesto por Rafael de los Santos (PoteLeche), Julio de la Cruz y Tuto Guerrero, quienes definieron la web 3.0 como la evolución del internet como lo conocemos hoy en día, planteando crear y utilizar la tecnología como recurso que nos empodera permitiéndonos ser dueños de nuestras vidas digitales y monetizar a partir de lo que somos capaces de producir mediante la creación de NFT.