Bloomberg News.-Conforme la industria petrolera hace un balance de la oferta de US$70,000 millones de Royal Dutch Shell Plc por BG Group Plc, una compañía tiene más cosas que evaluar que la mayoría.
BP Plc, el productor petrolero más famoso del Reino Unido e impulsor de anteriores rachas de fusiones, ahora está pensando lo que una vez fue impensable: que podría ser el próximo objetivo en la mira.
A los ejecutivos de BP les preocupa que la compañía sea vulnerable a una oferta oportunista, según personas con conocimiento de la situación.
En consecuencia, intensificaron los análisis internos de las hipótesis de absorción y las estrategias de defensa con asesores de firmas como Morgan Stanley, señalaron las personas, que pidieron no ser identificadas porque se trata de un asunto privado.
A Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp., los dos mayores productores de los EE.UU., se los considera las únicas aves de presa realistas.
Si bien algunos integrantes de esta industria piensan que el intento de quedarse con la compañía británica es improbable debido a las responsabilidades legales todavía desconocidas que tiene por el desastre petrolero de 2010 en el Golfo de México, hay por lo menos una razón de peso para que el máximo responsable ejecutivo Bob Dudley esté paranoico.
Antes de excluirse yendo tras BG, Shell estudió con cuidado una posible compra de BP, dijo una de las personas.
“Como parte de las prácticas recomendables, todas las compañías tienen armados planes posibles de defensa”, dijo el portavoz de BP, David Nicholas, en un correo electrónico. “BP no ha hecho cambios en los planes que maneja desde hace mucho en vista de los recientes movimientos del mercado”.
Los representantes de Exxon, Chevron, Shell y Morgan Stanley no accedieron a formular comentarios.
“Exxon vio a Shell hacer una transacción y por supuesto está atenta.
Lo mismo vale para Chevron”, declaró Christopher Geier, socio a cargo de Sikich Investment Banking en Chicago. “Desde el punto de vista del valor, es posible que BP esté a punto para una toma de control”.
Declive relativo
Que la independencia de BP esté en discusión muestra el relativo declive de una compañía que fue pionera en las exportaciones desde Oriente Medio, ayudó al nacimiento de la industria petrolera de Alaska y lideró la exploración en el Mar del Norte.
En la década de 1990, su adquisición por el coloso estadounidense Amoco Corp. obligó al resto de la industria a reaccionar.
Todavía en 2010, BP tenía la misma capitalización de mercado que Shell y producía más petróleo y gas. Hoy día, aun antes de que se complete la operación con BG, el valor de BP de US$131,000 millones representa las dos terceras partes del de Shell.
Está más lejos aún de los US$368,000 millones de Exxon, la compañía petrolera más valiosa del mundo.
La razón es evidente: el derrame del Golfo que dejó a BP frente a costos que podrían llegar a los US$40,000 millones, obligándola a reducirse para sobrevivir.
Desde que tomó el timón en los meses posteriores al derrame, Dudley vendió alrededor de un tercio de los activos de la compañía y la producción cayó de cerca de 4 millones de barriles diarios en 2010 a poco más de 3 millones.
Algunos aplauden la creación de una empresa más ágil, más centrada en las ganancias, pero BP ya no puede decir que está en la categoría más alta de los productores mundiales de petróleo y gas.