A lo interno del Partido Reformista Social Cristiano hay dos corrientes de pensamiento y de beneficios.

Una enquistada en el Gobierno que presiona para que ese partido mantenga la alianza con el Partido de la Liberación, mientras que la otra quiere que trille su propio camino.

Sin embargo, pocos visualizan alguna posibilidad de que los reformistas puedan jugar un papel airoso en los comicios de 2016.

Igual perspectiva se tiene en el Partido Revolucionario Dominicano, que acudirá a ese certamen totalmente debilitado por el desprendimiento del Partido Revolucionario Moderno.