Incomunicados

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Incomunicados

Ángel Gomera

A pesar de los avances impresionantes en materia de comunicación y tecnología que el mundo de hoy exhibe con velocidad pasmosa, es digno analizar lugares que aun estando a nuestro alcance no frecuentamos como debería ser y que en ocasiones como seres humanos ignoramos tenerlos o limitamos su uso, es decir, permanecen incomunicados; estos parajes a los que nos referimos son: El corazón, que fruto de la prisa, de una vida acelerada, no nos detenemos a revisar nuestro proceder, ni la manera en que estamos manejando nuestros sentimientos y emociones (la vida)! La Conciencia, hay actitudes y decisiones que nos hacen parecer como seres irracionales.

El oído, justificamos el ruido para no escuchar la conciencia y nos hacemos sordos ante el grito de la verdad, la justicia y la solidaridad. El tacto, cuán difícil se nos está haciendo tocar al otro, abrigarnos del calor humano y dejar de actuar como iceberg o robots de la indiferencia.

El olfato, esa indiferencia con que muchas veces actuamos, nos impide percibir y acercarnos al olor de la fragancia del bien! La vista, dejamos en muchas ocasiones que la ceguera del alma nos arrastré a un mundo de insensibilidad, sin darle cabida a la bondad.

Y el gusto, probamos el sabor de la vanidad y esta nos envilece hasta el punto de llevarnos a vivir en un mundo de complejos y de incertidumbre! Pero tranquilo, aquí no se trata de llenarnos de pesimismo, de derrota, ni mucho menos cargarnos de miedos; más bien, lo que queremos es hacerte saber que tenemos la oportunidad de cambiar o renovar el sentido que le damos a la vida, viviendo con más profundidad y menos superficialidad; es por ello que debemos sacar un espacio para reencontrarnos y comunicarnos con nosotros mismo y en la inmensidad de esa reflexión, lograr desprendernos de esas escamas inquietantes o debilidades que nos impiden caminar hacia la verdadera felicidad; para esto disponemos de la ayuda idónea, el puente perfecto y maravilloso: JESÚS, Sólo Él da sentido a los sentidos y hace de nuestra existencia un hermoso Edén.

Solo déjate llevar por él ¡Conéctate y serás feliz!

*Por Ángel Gomera



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