📷 Fotografías de las víctimas aún cuelgan en la zona cero de la discoteca Jet Set. Arlenys Castillo.
Familiares y sobrevivientes se congregan en la zona cero para recordar a las víctimas, compartir su dolor y exigir que el proceso judicial avance.
Santo Domingo.- Han pasado tres meses desde la madrugada del 8 de abril, cuando el colapso del techo de la discoteca Jet Set convirtió una noche de celebración en una tragedia nacional.
El saldo fue de 236 personas muertas y más de 180 heridas. A pesar del paso del tiempo, el dolor no se ha ido y las heridas, tanto físicas como emocionales, permanecen abiertas.
“No nos cansaremos de luchar”, dice Isidro Pérez.
La mañana de este martes, familiares, amigos y sobrevivientes se reunieron en lo que hoy es la llamada «zona cero», un espacio marcado por el silencio, la ausencia y las imágenes descoloridas de quienes ya no están.
Misa en honor a las víctimas del Jet Set. Arlenys Castillo.
Allí se ofició una misa en honor a las víctimas, en un acto de memoria, pero también de exigencia.
Las lágrimas fluyeron junto a los rezos. Las miradas perdidas entre los escombros remiten a la tragedia que marcó para siempre la vida de cientos de familias.
En medio del acto, Francisco Rosario, uno de los asistentes, expresó con calma la frustración que se acumula con el paso de los días sin respuestas.
Esperan justicia
“El proceso judicial todavía no ha dado su fruto. Esperamos que en su avance se desarrolle de forma tal que satisfaga a quienes hemos sido lastimados”, dijo Rosario, quien trabajaba con varias de las víctimas.
“Aquí todo es un proceso bastante largo y muchas veces la gente se siente decepcionada. Pero confiamos en que se haga justicia”.
Familiares de la victimas. Arlenys Castillo.
Para Francisco, la ausencia se vuelve presente cada día. “Lo extrañamos y siempre estaremos con él, con su familia y con todos los que fueron lastimados”, dijo en referencia a uno de los compañeros que perdió la vida aquella madrugada.
Otro de los rostros en la misa fue el de Isidro Pérez, quien no ocultó su preocupación por la falta de avances judiciales, especialmente tras la decisión de dejar en libertad al propietario del centro nocturno.
“Esperamos que verdaderamente la justicia reflexione en este caso. No estamos hablando de un hecho superficial, estamos hablando de cientos de vidas humanas. Esto no puede quedar impune”, expresó.
Pérez considera que la tragedia debe ser un llamado colectivo, un motivo para despertar la conciencia nacional.
“No nos cansaremos de luchar porque esto no solo involucra a las familias afectadas, sino a la nación entera. Las heridas emocionales son profundas y reales. Pedimos que el caso sea retomado, valorado y llevado nuevamente al estrado”, afirmó.
Las impresiones de las víctimas siguen colgando en algunas paredes, desgastadas por el sol, la lluvia y el olvido.
Las fotos de los fallecidos se van borrando lentamente, como si el tiempo buscara silenciarlas. Pero sus familias no lo permiten.
“Han sido 90 días de dolor. No pasa un segundo sin que lo recuerde”, se escuchó decir a una madre