Incertidumbre económica, sanitaria y de educación

Incertidumbre económica, sanitaria y de educación

Incertidumbre económica, sanitaria y de educación

Daris Javier Cuevas, exintendente de Bancos.

SANTO DOMINGO.- La humanidad esta ante la presencia de un escenario incierto, lleno de pesimismo y confusiones, que obligan a repensar el futuro, fruto de una incertidumbre que se ha convertido en una dinamita para la creatividad, el pensamiento crítico y la solución al malestar global causado por la pandemia. Es así como el conocimiento, la economía, la salud y la educación están ante una crisis ampliamente que no parece vislumbrarse su final en el mediano plazo.

El contexto actual en que se ha desarrollado la crisis, amenaza la existencia de los mortales que habitan el planeta y todos apelamos confinamiento como único medio para preservar la salud y la sobrevivencia. La presente crisis ha trastocado lo cotidiano de la vida normal en sociedad y nos plantea cohabitar en un mundo desconocido donde solo se observa la incertidumbre como algo intrínseco de la humanidad, aspectos que han modificado el convivir sin esperanza.

La literatura económica plantea la incertidumbre como toda aquella situación que se deriva de la falta de certezacomo resultado de una mayor volatilidad en los niveles de precios, la actividad económica, las dificultades de proyectar el comportamiento del crecimiento del PIB, entre otros.Y se atribuye al economista norteamericanoFrank Knight, 1921, ser uno de los primeros en poner como relevante el concepto de incertidumbre para llamar la atención de las perturbaciones a la que podía estar sometida la economía.

La economía, en cuanto a ciencia, recurre a diversas maneras de cuantificar la incertidumbre, permitiendo que se puedan adelantar escenarios pesimistas y optimistas que permitan proyectar cual sería el comportamiento de las variables macroeconómicas y las posibles potenciales medidas para desactivar la incertidumbre. Es por ello que genera interés evaluar los efectos económicos de un aumento de la incertidumbre se pueden descifrar a través de la caída en la actividad económica y la intensificación de potenciales conflictos sociales y políticos, los cuales inevitablemente afectan las decisiones de consumo e inversión de familias y empresas.

La incertidumbre económica tiene efectos negativos en los costos irreversibles de una inversión, al tiempo que disminuye la confianza de empresarios y consumidores, en tanto y cuanto reduce la efectividad de la política monetaria y fiscal. Por tales razones, una baja eficacia de las políticas monetaria y fiscal en un escenario de alta incertidumbre es tan peligrosa o más que la propia incertidumbre, razón por la cual es razonable e inteligente enfrentar de manera firme las causales fundamentales que dan origen al aumento de la incertidumbre, ya que es la mejor estrategia de política económica para atenuar su impacto negativo en la economía.

Es muy cierto que en la presente crisis a los Bancos Centrales les corresponde jugar un rol importantísimo en la mitigación de los efectos negativos que se van produciendo de manera cotidiana, máxime cuando las fórmulas aplicables serán experimentos para identificar cual sería la más idónea. En efecto, la forma de actuar de las autoridades monetarias es diferente al encontrarnos en época de baja o alta incertidumbre, por lo que una conclusión objetiva es que los bancos centrales utilizan sus instrumentos de política monetaria mucho más activos que cuando la situación económica predecible.

Por igual, la crisis sanitaria del Covid-19 está generando una combinación de shocks de oferta y de demanda en las economías mundiales, situación esta que puede degenerar en una tercera fuente de perturbación con el sistema financiero como epicentro, debido a los problemas de liquidez que potencialmente puedan surgir. Innegablemente, toda esta combinación de factores provoca una mayor incertidumbre económica sobre el futuro, a lo que agrega la ausencia de resultados apreciables en mitigar y frenar la expansión del virus mas mortal que ha conocido la humanidad en los últimos 100 años.

La ausencia de una respuesta puntual de la ciencia médica al Covid19 es una situación que ha incorporado una mayor incertidumbre a la calamidad por la que atraviesa la humanidad y donde el pánico colectivoy  el estrés generado por el confinamiento lo único que ha evidenciado es la fragilidad sanitaria a escala planetaria. En adición, el rol de las instituciones educativas frente al uso de herramientas tecnológicas para crear ambientes de aprendizaje virtual improvisados, sugiere un replanteamientodel modelo y la forma en que ha reorientarse la escuela y la educación superior, pues la combinación de los tres elementos abordados expresa que en tiempos de crisislo que estamos observando es una sociedad global caótica que requiere reformular políticas que desarticulen la desesperanza y la incertidumbre en la ciudadanía.

 



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD

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