Incentivo por el buen desempeño magisterial

La evaluación del desempeño de los maestros no se trata de un simple trámite y el incentivo económico no es una extensión del salario.

Ambos son instrumentos encaminados a mejorar la calidad de la educación y en ese marco, incentivar la excelencia magisterial.

La evaluación debe estar acorde con lo que pretende el Ministerio de Educación y la sociedad: una educación de calidad.

Profesores de excelencia son indispensables para lograrlo y el incentivo económico busca promover esa excelencia.

Si al negligente se le iguala al excelente con ese incentivo, el efecto no será que el primero se esfuerce por superarse, sino que el segundo se desmotivará.

Ni siquiera un 70 % en la evaluación demuestra excelencia, aunque sí indica un buen desempeño.
Pero pretender incentivar a partir de 60 % en la evaluación es seguir apostando a la mediocridad y, por tanto, a una educación de mala calidad.

La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) no puede dar pie a que se le vea como un obstáculo para la mejora de la calidad de la educación y mucho menos que se le atribuya vocación de depredar los recursos que con tanto esfuerzo son dedicados cada año a este importante renglón.

Ese gremio magisterial tiene el compromiso de impulsar las iniciativas tendentes a mejorar la calidad de la educación.

Quien reciba el incentivo, que por el buen desempeño se adiciona al salario, tiene que mostrar su compromiso con la excelencia.

Llegará un momento en que la población se vuelva a vestir de verde, pero ya no para exigir que se destinen más recursos a la educación, sino para exigir resultados.