Los cuerpos médico-forenses de América Latina surgieron con integrantes técnicos y peritos titulados en otras latitudes, por la Suprema Corte de Justicia o por el Ministerio Público; nosotros optamos por la segunda.
Son instituciones auxiliares de la administración de justicia, con autonomía funcional, personalidad jurídica y patrimonio propio, con la finalidad de la prestación del servicio de investigación científica, emitiendo dictámenes técnico-científicos, producen informes periciales y/o realizan diligencias a requerimientos de los procesos o actos judiciales. Surge así la figura del ‘perito oficial’, que al no ser debidamente seleccionado tienden a emitir los informes repetidos, pues, la situación del trabajo forense que realizan no mejora, y nadie les exige nada. Esto está muy relacionado con los roles del director.
El Inacif-RD no genera investigaciones científicas. No hemos podido encontrar documentos que atestigüen de las competencias de que los profesionales involucrados en la investigación forense, o de las capacidades que desarrollan en los procesos técnicos y científicos, hayan publicado alguna vez.
Los institutos de ciencias forenses en América Latina nacieron a partir de 2002 (República Dominicana); de Guatemala, en 2006; el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá (IMELCF), en 2007; Instituto de Medicina Legal ‘Dr. Roberto Masferrer’, en 1990. La Dirección de Medicina Forense, en Honduras, se colocó la primera piedra del Centro de Ciencias Forenses, en 2009.
En menos de dos décadas se han reestructurado para mejorar su sistema de medicina legal y ciencias forenses, para establecer la política del sistema; en los tiempos de la pandemia, pues, fijaron el procedimiento médico legal para el abordaje de cadáveres con diagnóstico o sospecha de Covid-19 (véase Colombia).
Todas estas instituciones forenses que se han mencionado hoy publican en portales, revistas indexadas y en repositorios institucionales, muchos artículos con la data de la materia que trabajan. Sólo el Inacif-RD no está incluido en esa lista; ahora es tiempo de hacerlo.
Tampoco debe olvidarse que existen instrumentos internacionales con cuyos métodos hay que probar las investigaciones de violaciones de derechos humanos. Estos modelos llegan al país a través de las convenciones, que nos refieren al Protocolo modelo para la investigación legal de ejecuciones extralegales, arbitrarias y sumarias o Protocolo de Minnesota; o el Manual de investigación y documentación efectiva sobre tortura, castigos y tratamientos crueles, inhumanos o degradantes, conocido como el Protocolo de Estambul; todos ellos ofrecen directrices generales para el desarrollo técnico de las investigaciones. Y los Inacif, han demostrado la enorme visión que tienen de la criminalidad global, y del fenómeno de la violencia criminal, evolucionando y desarrollando nuevas áreas.
Derivado de los estándares presentados y del origen del Inacif-RD, la importancia de saber seleccionar su director sólo puede lograrse en base a propuestas en base a los perfiles de los candidatos.