SANTO DOMINGO.-Cada año, la mayoría de los colegios solicita a los padres de los alumnos una evaluación oftalmológica pediátrica como parte de los requisitos de inscripción, y esto lo hacen con el objetivo de detectar si existe algún problema de visión típico de la niñez.
Los pediatras también recomiendan a los padres llevar a los niños a un examen visual porque la infancia temprana es la etapa en la que podrían tratarse problemas de la visión que ya en la adolescencia y en la adultez no tendrían manera de solucionarse. Estas son buenas medidas para poder identificar oportunamente problemas que los niños pudieran tener con la visión y tener la oportunidad de tratarlo de manera exitosa.
De acuerdo a la doctora Stephanie Vásquez, Especialista en Oftalmología Pediátrica, Estrabismo y Catarata Pediátrica del Instituto Espaillat Cabral, es importante llevar a los bebés y niños a una evaluación oftalmológica pediátrica porque existen muchas patologías oculares silentes que no presentan síntomas ni ningún tipo de manifestación, y que solo podrían diagnosticarse si el oftalmopediatra los examina.
Además, es muy difícil que un bebé pueda manifestar que tiene una dificultad visual o un niño pequeño pre-verbal pueda expresar que no ve bien. No hay que esperar a que aprendan a hablar para quejarse de algo respecto a su visión o sus ojos.
Signos de alarma
Dijo que entendiendo la importancia de estar atentos a esas señales que los niños podrían manifestar, hay signos de alarma relevantes: no hacer contacto visual fijo con un objeto o cuando le hablan, rotarse o estrujarse los ojos de manera frecuente, parpadeo constante o muy marcado, observar en las fotos que los ojos se le vean extraños (sin brillo a pesar del flash o desviados) y ojos rojos o siempre llorosos.
Prevenir a tiempo
— Sabio consejo
Esta responsabilidad no se le puede dejar a los colegios, profesores o a los pediatras, los padres también deben estar interesados en la salud visual de los niños, y atentos a cualquier señal de advertencia de un problema de visión.