La palabra comunicación tiene raíz latina. Proviene de la palabra Communis que significa poner algo en común con otro, o sea, compartir, intercambiar.
La comunicación es la herramienta que utilizamos para relacionarnos y expresarnos, en la que debe haber como mínimo un emisor y un receptor.
Existen decenas de tipos de comunicación. Abordaremos en esta oportunidad la comunicación sexual, tan importante entre padres e hijos y parejas habituales, principalmente. Está presente desde el nacimiento al decir: es hembra o es un varoncito.
La comunicación sexual debe ser asertiva, clara, honesta, responsable, basada en la verdad y el respeto mutuo, sin mitos ni tabúes, apropiada a la edad, abordando los temas con naturalidad, sin exceso ni carencia de información.
Es importante esta comunicación permanente entre padres e hijos, ya que la falta de ella puede llevar a trastornos físicos, emocionales y sexuales.
Puede evitar los abusos y acoso sexuales, violaciones, embarazos no planeados, embarazos en adolescentes, abortos, promiscuidad e infecciones de transmisión sexual, entre otros.
Debe existir la comunicación sexual fluida entre médico y paciente, profesores y alumnos, parejas adolescentes o jóvenes que comienzan una relación amorosa, cada vez que se empieza una relación pasional con una pareja nueva.
En la relación de pareja, ambos tienen que expresar lo que sienten y desean en el área de la intimidad sexual, así como lo que no les agrada. Además, comunicar cuando existe algún trastorno en el desempeño sexual o la frecuencia de actividad. Una adecuada comunicación sexual enriquece la vida de una persona.