Por definición del Banco Central la inflación, es un incremento sostenido en el nivel general de precios que da lugar a una disminución del valor del dinero y, en consecuencia, de su poder de compra.
Una publicación del 24 de noviembre del pasado año 2021, del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), da cuenta de su reunión de política monetaria, donde decidieron aumentar su tasa de interés de política monetaria en 50 puntos básicos, de 3.00 % anual a 3.50 %. Ese incremento de la tasa se originó a una evaluación exhaustiva producto del impacto del COVID-19 sobre la producción a nivel mundial y las mayores presiones inflacionarias de origen externo.
La intervención rusa en Ucrania, ha producido que la inflación se incremente, lo que obligó al Banco Central a subir la tasa de interés de política monetaria de 5 % a 5.5 %, por el comportamiento de la economía mundial, que presenta la mayor persistencia de las presiones inflacionarias. Esto representa un aumento de noviembre 2021 a finales de marzo 2022 de 250 %, con el objetivo de reducir el circulante y tratar de controlar la inflación.
Con esas alzas de la tasa de interés, la política del Banco Central, busca tratar de contener la inflación sacando dinero de circulación, lo cual es correcto. No obstante, ser una política monetaria restrictiva, al mismo tiempo son medidas negativas, utilizadas para controlar la inflación cuyo objetivo es buscar un equilibrio de la parte financiera, aunque no dejan de ser un riesgo. Destacando que, ese incremento de la tasa de interés disminuye el consumo, encarece el crédito del sector empresarial, industrial, comercial y la construcción, lo que, necesariamente frenaran el nivel de crecimiento de la economía dominicana.
Uno de los sectores más afectados es el de la construcción pública y privada, por los galopantes aumentos de los precios que, estas medidas no han podido controlar en los materiales e insumos utilizados en las ejecuciones de proyectos, tales como, la construcción de viviendas y apartamentos, que por causa de consecuencia disminuyen drásticamente.
Los prestamos interinos destinados a los constructores para el desarrollo de proyectos inmobiliarios, se encarecen tanto que, se hacen prohibitivo, sumado a eso, gran cantidad de adquiriente de esas construcciones en desarrollo, no pueden asumir el incremento del precio del inmueble transferidos a estos, por el encarecimiento de la tasa, lo mismo que para sus préstamos hipotecarios, cuyos pagos mensuales al subir tanto esos intereses bancarios, le impide seguir con el propósito de adquirir ese inmueble.
El presidente Luis Abinader, ha dicho que la inflación es la principal amenaza de la República Dominicana y que su gobierno ha tomado las medidas necesarias para enfrentar los aumentos de los precios de artículos básicos. Hemos visto entre esas medidas la congelación de los precios de los combustibles, el proyecto de tasa cero para algunos aranceles de importación y la implementación de los mercados de productores de Inespre. Ahora bien, esto no es suficiente, sino se emplean políticas públicas de incrementar el gasto de inversión.
Existe gran preocupación de los contratistas estatales, debido a que, en el sector económico del gobierno, hay algunos funcionarios, muy llamado a la reducción de la inversión pública, en base a la disminución del déficit, el cual el pasado año 2021 bajo de 7.9 % al 2.7 % del PIB, lo que género que, a octubre del 2021, una drástica reducción de la inversión en construcciones públicas, a finales de octubre de ese año, solo se había invertido el 35 % de los estimados en el presupuesto. Por lo que, el presidente Luis Abinader, ordenó incrementar la inversión en obras públicas en los meses noviembre-diciembre, evitando que hoy, la inflación fuera superior a la actual. Aun así, se dejó de invertir el 17 % de lo presupuestado.
Reducir el déficit del % de PIB, en el momento que vive la nación de una fuerte inflación, en base a la disminución del gasto en obras estales, es extremadamente muy peligroso. Por tanto, las autoridades no deben ser inflexible en implementar medidas de bajar menos el déficit, sabiendo que todavía estamos en crisis. Hay que incentivar el gasto y tener una política fiscal expansiva, en contrapeso de una política fiscal restrictiva que, ayude a seguir la inversión pública, para no afectar el ritmo de crecimiento.
Hay que señalar que, en el 2021, la mayor inversión fue aportada por el sector privado, producto de una política monetaria del Banco Central de expansión, bajando las tasas de interés y la liberación del encaje legal, que motivaron la inversión privada, ahora de lo que se trata es todo lo contrario, ese sector privado con las actuales políticas monetarias restrictivas del Banco Central, ha tenido una considerable reducción de su inversión.