El Banco Mundial comparte el estudio “Diagnóstico sobre igualdad de género en República Dominicana”, en cuyo resumen ejecutivo afirma que los logros en materia de pobreza en las últimas décadas en el país no son proporcionales entre hombres y mujeres.
Supongo que a pocos sorprende el resultado, tomando en cuenta que todavía la sociedad dominicana opera con una estructura patriarcal, en la que las mujeres ahora es que vienen abriéndose camino, para lo cual cuentan con el apoyo (para mí necesario) de un hombre, sin importar el nivel de relación que exista entre ellos, aunque a muchas no nos guste decirlo.
La preocupación en torno al resultado la generan los indicadores que son tomados en cuenta para este estudio y cuya prevalencia, naturalmente, afecta más a las mujeres como son, violencia escolar, embarazos en adolescentes, brecha salarial y participación en el mercado laboral.
Respecto a la violencia escolar, los casos no sólo se producen entre personas de un mismo nivel o una misma edad, que no es lo peor, sino que surge de actos de acoso, persecución y agresión proveniente de personas en edades adultas, que son quienes tienen la responsabilidad de preservar la salud emocional, física y psíquica de los niños, niñas y adolescentes.
Un ambiente social cargado de elementos inadecuados genera todo tipo de debilidades en el sistema educativo, por lo cual es importante que las autoridades prosigan el trabajo de prevención y atención al clima en las escuelas, para reducir efectos adversos que puedan derivarse del mismo.
Sobre los embarazos en adolescentes, cuya tasa de incidencia se redujo en el país en un 9.5% el pasado 2023, con respecto al año anterior, según datos preliminares de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), por lo general, también suele intervenir un adulto irresponsable y depredador que después hasta pretende justificar la acción con sandeces y subterfugios.
Por ello, es importante que los trabajos de prevención de embarazo en adolescente sean en forma integral y multisectorial: desde el seno del hogar, las escuelas, las iglesias y templos, hasta las instancias de prácticas deportivas y actividades culturales, artísticas o lúdicas. ¡Todos contra ese mal social!
En los últimos años, la presencia de la mujer en los ámbitos de educación, formación y capacitación es mucho mayor que la de los hombres. Las estadísticas hablan muy bien de la participación de las hembras en la búsqueda del desarrollo individual, familiar, y colectivo.
Pero, ¡Oh, injusticia! Esa proporcionalidad no se manifiesta en la mayoría de los estamentos de producción ni en los niveles salariales que devengan las que ya han logrado alcanzar algún puesto laboral.
El informe del Banco Mundial cita la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT), del año 2019 en la que se refleja que el ingreso de los hombres fue de un 14% superior al que percibieron las mujeres, en el desempeño de puestos iguales.
“Las brechas salariales de género tienden a prevalecer en los sectores donde hay una mayor presencia relativa de trabajadoras, como hoteles, bares y restaurantes, manufactura y trabajo doméstico”, revela la encuesta citada.
El contexto y el comportamiento de las políticas públicas de los últimos años permiten apreciar que se han dado pasos para reducir la incidencia de esos indicadores que propician la brecha de género en República Dominicana.
Es necesario crear conciencia sobre la realidad de que el país es de todos y que la Constitución misma en su artículo 39 establece lo siguiente:
“Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades y demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad, nacionalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica, condición social o personal”. ¿Entendido?…
Posdata: A quienes se preocuparon por el artículo en torno a que RD es el país más feliz del mundo, solo tienen que ver cuáles indicadores se analizaron. ¡Seamos felices, pero ocupados!