SANTO DOMINGO.- La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) llamó a la feligresía a participar en la concentración nacional para celebrar la clausura del Año Jubilar Altagraciano en ocasión del centenario de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Altagracia, el lunes 15 de agosto en el Estadio Olímpico Félix Sánchez, a partir de las 8:00 de la mañana.
Monseñor José Dolores Grullón Estrella, presidente de la Comisión Nacional Organizadora del Centenario, explicó que la imagen original de la Virgen de la Altagracia será trasladada desde la Basílica de Higüey durante un recorrido que finalizará en el Estadio Olímpico.
Adelantó que allí se realizarán varios actos que concluirán con una solemne Eucaristía presidida por el enviado especial del papa Francisco, monseñor Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, y celebrada por los obispos dominicanos, invitados internacionales y sacerdotes del país.
En la rueda de prensa del CED, Julio César Castaños Guzmán, expresidente de la Junta Central Electoral y miembro de la Comisión Nacional Organizadora del Centenario, y Alcides Díaz, secretario ejecutivo de la Comisión, informaron que previo a este encuentro se llevará a cabo un acto patriótico en la Puerta del Conde donde hace 100 años se coronó la Virgen; previo se rezará el rosario de la aurora en el Santuario Nuestra Señora de la Altagracia de la Ciudad Colonial, templo construido en 1922 a propósito de la coronación.
Los religiosos piden a empresarios y al presidente Luis Abinader declarar el 15 de agosto “Día de Regocijo Popular”, y facilitar que los dependientes que deseen asistan a la clausura del Año Jubilar Altagraciano que reunirá fieles de todas las Diócesis.
Explicaron que el domingo 14 iniciará el recorrido del cuadro de la Virgen de la Altagracia a Santo Domingo, después de más de 70 años de su última visita (1944).
—1— Mensaje del papa
Monseñor Peña Parra pidió que colocaran a los pies de la Madre de la Altagracia el homenaje filial del Papa, simbolizado en la rosa de oro, un regalo exclusivo de los pontífices para expresar reverencia a la Virgen María.