SANTO DOMINGO.- La Iglesia Católica inició este domingo una Jornada Nacional de Oración por el fin de la pandemia del coronavirus.
La jornada es encabezada por monseñor Francisco Ozoria y se transmite a nivel nacional e interncional desde la Catedral Primada de América.
La jornada fue convocada por el Consejo Permanente de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED).
“Al concluir, cada obispo en su diócesis presidirá la Eucaristía a las 11:00 a.m., que también será transmitida por medios locales”, indicaron los obispos dominicanos.
República Dominicana ha confirmado más de cuatro mil casos de COVID-19 en el país y más de 200 muertos a causa de esta enfermedad, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para reducir el avance del virus, el Gobierno declaró el 20 de marzo el toque de queda nacional, entre las 5:00 p.m. y las 6:00 a.m. del día siguiente. Sin embargo, se han reportado numerosos incumplimientos de esta medida por parte de los ciudadanos.
Como medida adicional por el aumento de las infecciones, se ha establecido el uso obligatorio de mascarillas en lugares públicos y se ha ordenado el cierre de comercios no esenciales y de algunas empresas que no puedan realizar teletrabajo.
El Episcopado Dominicano señaló que, frente a esta realidad, es necesario colaborar en el “fortalecimiento de la fe, la solidaridad y la esperanza” del pueblo, y animó “a tomar conciencia” y seguir las normas que establecen las autoridades.
Exhortamos “a ser más estrictos en la observancia de las disposiciones sobre el distanciamiento social, confinamiento en sus casas en el horario establecido, uso de guantes y mascarillas, lavarse las manos con frecuencia, desinfectar las superficies y objetos de uso común, entre otras”, indicaron los prelados.
Además, los obispos señalaron que esta realidad tan dolorosa que ha provocado el coronavirus ha resaltado la necesidad que el ser humano tiene del prójimo, así como las muestras de solidaridad, no solo de las entidades gubernamentales, sino de los mismos vecinos que han “vuelto a compartir hasta el plato de comida con quien lo pueda necesitar”.
“Agradecemos a nuestros fieles su colaboración en favor de los más desvalidos y la atención a sus sacerdotes y ministros”, resaltaron.
Asimismo, respaldaron la labor del personal médico, personal de limpieza, periodistas, militares, y todos aquellos que, como “grandes héroes”, se exponen a ser contagiados en el cumplimiento de su servicio.
“Por favor quédate en casa y escucha la voz de Dios. ¡Ánimo, no tengan miedo!”, concluyeron.