El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Instrant) estrena nuevo incumbente, lo cual puede ser una oportunidad para que desde esa institución se tenga una mirada más realista de cómo mitigar lo que sea mitigable del gran desorden del tránsito en República Dominicana.
Lógicamente, para muchas de esas cosas necesita también un cambio de mentalidad en la famosa Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT).
Se trata de hacer un ejercicio de microgerencia gubernamental.
Nuestras calles y avenidas no crecerán en la misma proporción que lo hace la cantidad de vehículos que andan circulando.
Por tanto, las obras de infraestructura hay que verlas como algo de mediano y largo plazo.
Hoy le recomendamos al Instrant descubrir “el hilo en bollito”: hacer cumplir las normas de tránsito porque muchas de esas violaciones son causantes de cogestionamientos en el tránsito de las grandes urbes.
La gente se sigue quejando de que pareciera que para los agentes de la DIGESETT la única violación de la ley de tránsito es tocar el celular mientras se conduce y, por tanto, se muestran indiferentes a otros tipos de infracciones.
Veamos: El Instrant puede ejercer su liderazgo institucional para hacer cumplir la prohibición del estacionamiento paralelo. Muchas calles internas de sectores importantes de Santo Domingo y Santiago han sido diseñadas para ser de dos carriles, pero cuando se estacionan dos vehículos de manera paralela solo dejan
disponible un carril para las dos vías y cuando dos vehículos se encuentran de frente ahí viene el problema.
Otra violación, que para los DIGESETT pareciera inexistente, es doblar a la izquierda donde está prohibido o desde los carriles centrales. Una avenida como la 27 de Febrero suele tener un carril para doblar a la izquierda, pero los conductores utilizan dos y tres evitando que quien va derecho pueda avanzar y tenga que esperar varios cambios de luces para poder continuar.
Igual ocurre en las entradas a los elevados y túneles, que tienen las indicaciones de dónde incorporarse, pero muchos llegan hasta el final para entonces “meterse a
la mala” generando un cuello de botella.
Son solo tres ideas simples que se pueden implementar sin inversión de capital, con voluntad.
