Power company workers cut a tree branch that fell during the passing of Hurricane Otto in Cardenas, Nicaragua, Friday, Nov. 25, 2016. Otto made landfall on Nicaragua's Caribbean coast on Thursday as a dangerous Category 2 storm but it faded to tropical storm force before emerging over the eastern Pacific early Friday. (AP Photo/Miguel Alvarez)
Managua.-El huracán Otto, que azota desde ayer la frontera de Nicaragua y Costa Rica, dejaba al menos nueve muertos y una veintena de desaparecidos, así como pueblos inundados y severos daños.
En Costa Rica, el gobierno anunció nueve muertos en su último balance de ayer: cinco fallecidos en el poblado fronterizo de Upala y otros cuatro en Bagaces, una comunidad ubicada 96 km al norte de San José, dijo el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Walter Espinoza, en conferencia de prensa junto al presidente Luis Guillermo Solís y otros funcionarios.
Aunque el gobierno costarricense no precisó cifras de desaparecidos, fuentes municipales y medios de comunicación mencionan entre 20 y 25 personas cuyo paradero se desconoce tras el paso de Otto, que se alejaba hacia el océano Pacífico por el noroeste de Costa Rica, con vientos sostenidos 110 km/h con ráfagas más fuertes, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, con sede en Miami.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) advirtió que Otto seguirá afectando al país, específicamente en el Pacífico Central y Sur, que podrían soportar fuertes lluvias este viernes.
En tanto, Solís señaló que «se decretará un duelo nacional de tres días a partir del lunes, cuando se haya completado las labores de búsqueda y rescate». También agradeció la ayuda de Panamá y Honduras, que pusieron a disposición varias aeronaves para colaborar en labores de rescate y de asistencia a los damnificados.
Las intensas lluvias y los fuertes vientos de Otto -cuyo debilitamiento espera el NHC en las próximas 48 horas- produjeron severos daños en varias localidades del norte de Costa Rica, con particular gravedad en Upala, los Chiles y Bagaces.
Imágenes aéreas transmitidas por los canales de televisión mostraban inmensas lagunas de las que sobresalían las copas de árboles y algunos techos de viviendas.
Casas aplastadas por enormes árboles, automóviles volcados y calles anegadas de lodo mostraban el efecto catastrófico del ciclón en el norte de Costa Rica, donde varios poblados se encontraban incomunicados.