San Juan.- El azote del huracán María a Puerto Rico hace más de una semana afectó “considerablemente” las costas, bosques y manglares de la isla, aseguró hoy a Efe la secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y presidenta y directora ejecutiva de la Junta de Calidad Ambiental, Tania Vázquez.
En entrevista con Efe, la funcionaria resaltó que específicamente en Piñones (Loíza), municipio cercano a San Juan y concurrido por turistas, hubo efectos en su zona boscosa y donde cayeron “muchos escombros en la costa, por lo que hubo un impacto directo en los corales, pero hay que hacer un análisis más completo más adelante».
El huracán María, de igual manera, provocó fuertes oleajes en las costas de la isla, logrando así que en las zonas sur, sureste, norte y noreste el de Marzo entrara en sus áreas más cercanas destrozando negocios y amplias zonas pobladas.
Dijo además que en las zonas protegidas de los municipios montañosos de la isla, como Adjuntas, Utuado y Maricao, “hubo una pérdida del 98 % de los árboles adultos, lo que va a crear un impacto directo a la fauna”, y donde solo sobrevivieron unos árboles juveniles.
Por su parte, el bosque tropical El Yunque, ubicado en el noreste de Puerto Rico y uno de los atractivos del turismo local, sufrió fuertemente los embates de María, después de ser azotado por el ciclón Irma, dos semanas antes de recibir el azote de María.
Según medios locales, El Yunque “está irreconocible” por la cantidad de árboles que fueron afectados por los intensos vientos de María.
El Yunque, igualmente, ha servido como “una especie de escudo de protección” para ciclones pasados, específicamente con Hugo en septiembre de 1989, pues según expertos, el bosque ayudó a que Hugo se desviara hacia el noreste de la isla ante un inminente azote directo.
El Yunque consta de cuatro principales bosques- el bosque de tabonuco, el bosque de palma, el bosque de palo colorado y el bosque de nubes.
Vázquez señaló que también se afectaron los manglares, ecosistemas que juegan un papel fundamental en el ciclo de vida de algunos peces o crustáceos y que protegen a la costa de fenómenos meteorológicos que están aumentando por el cambio climático como los fuertes oleajes y las tormentas.
Una de las zonas en Puerto Rico donde abundan una gran cantidad de manglares es Gilligan, en Guánica (sur), adonde aún brigadas del DRNA no han acudido, dijo Vázquez, aunque adelantó que varias zonas de Lajas (sur), entre ellas el área turística de La Parguera, “se afectaron también».
“De la información que tengo, el área sureste y este son las más afectadas”, adelantó Vázquez, quien destacó que una comunidad de cotorras en cautiverio en los municipios de Maricao y Utuado “están bien y contentas».
De igual manera dijo que otras 36 cotorras silvestres se avistaron en Utuado, “una cantidad muy buena». “Estamos haciendo planes estratégicos para llevar brigadas para saber más de estos animales”, indicó Vázquez, quien aprovechó para decir que Isla de Mona, islote entre Puerto Rico y República Dominicana, “está muy bien, su impacto fue mínimo».
“Eso me da esperanza de que a Puerto Rico lo vamos a seguir reconstruyendo”, sostuvo. “Poco a poco vamos a seguir recopilando información y después hacerla pública para que la gente se entere lo que está pasando”, sentenció Vázquez.