Brasilia.- El humo de los incendios forestales en Brasil y Bolivia afecta gravemente la calidad del aire en varias zonas de Suramérica, en muchos casos producto de la deforestación o la quema no controlada de tierras para la agricultura o el ganado, así como las sequías prolongadas.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó ayer al estado de Amazonas, donde visitó a las comunidades rurales afectadas y se prevé que anuncie medidas para enfrentar la sequía, entre ellas, obras para el dragado de ríos amazónicos, a fin de hacerlos navegables en ese tipo de condiciones.
El mayor bosque tropical del planeta, la Amazonía, enfrenta una sequía extrema que deja varios ríos en sus niveles más bajos en la historia y aisla a decenas de comunidades rurales.
El Gobierno de Brasil informó ayer que 6.718.025 hectáreas de la Amazonía brasileña fueron arrasadas por los incendios desde que comenzó el año, lo que supone un 1,6 % del bioma.
Balance del fuego
El dato, que comprende el periodo entre el 1 de enero y el 1 de septiembre, se acerca a las 9.186.000 hectáreas de superficie del ecosistema quemadas en todo 2023, de acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales.
Avance del fuego
—1— Destrucción
La Amazonía brasileña ya suma 63.189 focos de incendio.
—2— Turismo
En Bolivia el fuego afecta la producción y el turismo.
—3— Brasil
Lula promete ayuda.