Humanizando la violencia de género (1)
La pregunta sería: dónde empieza la violencia. Entendiendo como violencia todo acto ejecutado a la fuerza contra la voluntad de una persona.
Interesante conocer la historia de estas personas que violentan a otros. Conocer su esencia, su carácter, cómo fueron educados, cómo se comportaban sus maestros, cómo se comportaban sus padres entre ellos y con sus hijos, si sufrieron maltratos o abuso de algún tipo, lo que pasaba con ellos mientras se formaban como personas adultas.
La conducta violenta puede ser la reacción ante una amenaza real o no, una forma de responder al sentirse intimidado o al ambiente, un estilo de vida, un aprendizaje arraigado, el ejercicio del poder o autoridad.
Sin importar lo que lo provoque, no es un comportamiento adecuado.
Muchos aprendieron en sus hogares que la manera de manejarse es a través de los gritos, golpes, grandes castigos que los reproducen luego en sus propios hogares.
Algunos fueron criados de manera permisiva sin tolerancia a las frustraciones o sin saber esperar. Otros son verdaderos enfermos con trastornos que les impiden tener empatía o sentir remordimiento por sus acciones.
La prevención es posible, ya que la violencia es provocada por múltiples factores, primero hacemos desde esta vía un llamado a los padres a revisar la forma en que están formando a sus hijos, permanecer atentos a sus comportamientos ya que generalmente es en el seno familiar donde se gesta este comportamiento, se descubre un trastorno o se aprende a ser violento.
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