Huellas económicas y sociales del 2022

Huellas económicas y sociales del 2022

Huellas económicas y sociales del 2022

Daris Javier Cuevas.

Cuando se recurre a evaluar y analizar las causas y efectos del comportamiento económico en un determinado periodo, nunca se debe soslayar el criterio de que la economía es una ciencia cuyo objeto es diferenciar entre las buenas y malas políticas.

Las buenas políticas económicas derivan en cifras que reflejan el bienestar económico alcanzado para beneficiar a la colectividad, en cambio, las políticas económicas expresan la destrucción de las aspiraciones de la gente, generan incertidumbre y construyen un ambiente incierto lleno de frustraciones y desasosiego en la población.

El simplismo analítico se ha acostumbrado a emplear grandes esfuerzos para que los malos resultados sean asimilados como logros fantásticos que anuncian grandes bonanzas y una imaginada estabilidad que no es posible observar.

Estamos asistiendo a un escenario donde se invoca el marketing publicitario para convencer la llegada de cosas buenas cuando la realidad muestra resultados desagradables, decepcionantes y perturbadores.

A la Luz de los resultados que ha reflejado el desempeño de la economía en el ya finalizado 2022, se llega a la triste conclusión que las cifras siguen siendo muy preocupante, apesadumbradas como expresión de un contexto muy complejo.

En efecto, la economía mundial termina con un anémico crecimiento de 2,6%, mientras que en el caso de las economías emergentes el crecimiento económico gira alrededor del 3,1%, inferior al promedio de un 4,8% en los últimos diez años.

Bajo el enfoque planteado, una mirada detenida sobre la economía dominicana obliga a examinar algunos detalles relevantes al finalizar el 2022 y como se entrará al 2023.

Ya las cifras oficiales marcan un crecimiento de la economía entre un 4,7% -5%, el déficit público alrededor de 4,1%, la inflación entre 7,6%-8,1%, coeficiente de deuda/PIB 58,7%, tipo de cambio de RD$55.79 por US$1, tasa de interés activa promedio 15.95%, tasa de política hasta un 8.75 %.

¿Qué hay detrás de estas cifras­? ¿Puede hablarse de una recuperación total de la economía dominicana? Las cifras económicas del gobierno acerca de los indicadores macroeconómicos generan un cierto grado de dudas si se parte del hecho de que las distintas áreas económicas manejan datos muy diferentes, pero, a su vez, existen muchas oscilaciones temporales en esos indicadores.

Otra observación relevante es que, en un escenario optimista, si el crecimiento económico termina entre un 4,7% -5%, entonces, preocupa ya que esto resultaría inferior al patrón de crecimiento promedio de las últimas cinco décadas, esto es 5,2% y por debajo del 5,3% del periodo 2000-2019.

En adición, se estaría ante una reducción de un 60% del  crecimiento del PIB, en relación al crecimiento del 12,3% del 2021, significando esto que el crecimiento de la economía en el 2022 es relativamente insignificante en relación al crecimiento histórico de la economía dominicana.

Los persistentes niveles de inflación durante todo el 2022 indican que la economía no ha logrado una recuperación total ni tampoco ha alcanza la estabilidad macroeconómica deseada ya que esto resulta inalcanzable mientras exista inestabilidad de precios. En igual dirección, resulta que un simple ejercicio de regresión econométrica lineal arroja que en cualquier economía la persistencia de la presión inflacionaria impide un crecimiento económico holgado, salvo que este se mida con valores nominales.

El hecho de que la inflación durante el año 2022 duplicara la meta de inflación es de preocupación ya que la ejecución de política monetaria restrictiva no surtió los efectos deseados, sino que más bien ha derivado en que la tasa de interés para la financiación alcanzara niveles promedio de hasta un 16% en el mercado bancario.

Las cifras oficiales y un análisis objetivo de las mismas ponen en evidencia que estamos ante la presencia de dos Republica Dominicana ya que el gobierno habla de bonanzas, recuperación, estabilidad y capacidad de resiliencia, mientras que el análisis objetivo y reflexivo evidencia un crecimiento del PIB que en una alta proporción está sustentado en los servicios y un anquilosamiento de los sectores reales de la economía, una economía que emite deuda soberana para financiar el presupuesto público, baja capacidad de respuesta de la política económica y precariedad de los espacios fiscal, al tiempo que se resalta el tamaño de las remesas cuando estas no resultan de la actividad económica local, incurriendo así en una falta soberana inexcusable ante un entorno complejo, alto riesgos y nubarrones.



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD