José Ramírez sigue reescribiendo la historia de los Guardianes de Cleveland
Bastó con escuchar los primeros cánticos para saber que la noche sería especial. «¡José, José, José, José!» coreaban con fuerza los aficionados del Progressive Field cuando José Ramírez se acercó al plato en el tercer inning, listo para su segundo turno al bate. Dos lanzamientos después, el dominicano respondió a su público con el tipo de jugada que ha definido su carrera: un jonrón de tres carreras que electrificó el estadio y cimentó una nueva página en la historia de los Guardianes.
Ese batazo, además de abrir el marcador en la victoria 6-4 sobre los Yankees, lo convirtió en el segundo jugador con más extrabases en la historia de la franquicia, superando al legendario Tris Speaker (668) y quedando solo por detrás de Earl Averill (724).
💪 Smash bros 💪
José Ramírez and Kyle Manzardo go back-to-back! pic.twitter.com/kcylniONvv— MLB (@MLB) April 21, 2025
«Muy contento. Gracias a Dios por darme salud para poder lograrlo», expresó Ramírez tras el juego. «Ahora, lo que quiero es mantenerme sano y ver hasta dónde puedo llegar».
No es solo su lugar en los libros lo que destaca. Fue también su juego número 34 con al menos cuatro impulsadas, colocándose cuarto en ese rubro en la historia del club, superando a Manny Ramírez (35) y acercándose a Averill (41), Hal Trosky (37) y al propio Manny.
Y mientras los aficionados aún celebraban el cañonazo de Ramírez —un sweeper de 87.2 mph que viajó 390 pies por el jardín derecho—, Kyle Manzardo hizo lo suyo. En el primer pitcheo que vio de Clarke Schmidt, conectó un jonrón solitario, completando una ráfaga de poder con bambinazos consecutivos.
Fue el tercer juego al hilo con cuadrangular para Manzardo, quien ya lidera a Cleveland con siete vuelacercas en 2025.
«Los jonrones suelen venir en rachas», dijo el joven inicialista. «Y ahora mismo estoy viendo bien la bola, así que trato de aprovechar este momento».
Ambos jonrones dieron espacio a una sólida salida de Gavin Williams, que brindó su mejor presentación del año cuando su equipo más lo necesitaba. Con el bullpen corto, el derecho trabajó 6.1 entradas, permitiendo apenas dos carreras, siete hits y dos boletos, con ocho ponches, su cifra más alta de la temporada.
«Fue una apertura impecable», afirmó el mánager Stephen Vogt. «Estábamos esperando una actuación así de Gavin, y la cumplió con creces».
Williams arrancó tambaleante, con 26 lanzamientos en el primer episodio y dos bases por bolas, pero luego encontró ritmo. Fue especialmente efectivo con su curva, generando seis swings fallidos, y en total provocó 21 swings en blanco, la mayor cantidad en su carrera.
Una de las claves fue el regreso de su cutter, una herramienta que había dejado de usar en 2025 pese a haberlo lanzado 164 veces el año anterior. El lunes lo utilizó cinco veces, dándole más profundidad a su repertorio.
«Tener cuatro pitcheos en vez de tres cambia todo», explicó Williams. «Ese cutter me permite atacar zonas distintas, lo que me hace más impredecible».
Con una ofensiva liderada por Ramírez y Manzardo, y una sólida actuación en la lomita, los Guardianes consolidaron una victoria significativa ante un rival siempre exigente. Y mientras los récords siguen cayendo uno a uno, José Ramírez continúa dejando su huella como uno de los grandes íconos de la franquicia.
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