Santo Domingo.- Esta fiesta es una celebración que se realiza el 2 de noviembre complementando al Día de Todos los Santos, responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.
La Iglesia llama «Purgatorio» a esa purificación; y para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: «La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego.
Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego». (1 Cor. 3, 14). La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua.
El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: «Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados» (2 Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos.
Al respecto, San Gregorio Magno afirma: «Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo.
Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso».
Estos actos de piedad son constantemente alentados por la Iglesia.
El día de muertos es una tradición que se celebra desde tiempos muy antiguos en varios países del mundo como por ejemplo:
En España, como en otras partes del mundo, veneran a sus difuntos, se continua con la tradición de estas fechas de asistir al cementerio para rezar por las almas de quienes ya abandonaron este mundo, está acompañada de un profundo sentimiento de devoción, donde se tiene la convicción de que el ser querido que se marchó pasará a una mejor vida, sin ningún tipo de dolencia, como sucede con los seres terrenales.
Mientras que en Francia la gente de todos los rangos y credos decora los sepulcros de sus muertos en la Fête des morts.
En el centro y sur de México y en algunos países de América Central esta celebración se combinó con elementos de indigenismo y del sincretismo, resultando una original celebración en el Día de Muertos, distinta de las otras naciones católicas. Esta fiesta incluye por tradición un Altar de muertos, que consiste en una serie de adornos florales acompañados de la comida favorita del difunto; además de fotografías y otros detalles.
Asimismo, en El Salvador se acostumbra visitar los camposantos con coronas florales y cruces de flores naturales y artificiales, es asueto nacional y gran cantidad de personas se traslada para visitar a sus seres queridos fallecidos.
En las zonas andinas de Sudamérica, especialmente en Ecuador, Perú y Bolivia, la costumbre es preparar e intercambiar entre familiares y amigos las guaguas de pan para consumir con la colada morada que en algunas áreas rurales son también ofrendas principales en los cementerios.
En Argentina simultáneamente se conmemora el Día de los Muertos por la Patria, instituido a partir de la iniciativa del profesor correntino Dr. José Alfredo Ferreira, en el año 1910.
Cortesía: Aciprensa