Hora de reflexión
El país, en la década que transitamos, se ha caracterizado por la construcción de caminos de doble vía. Uno que va, constituido por organizaciones progresistas; y otro que se distingue porque por ahí viene todo lo que significa retroceso.
Se trata del camino más transitado. Hemos retrocedido en muchos aspectos. Los indicios están en la cantidad de fundaciones, organizaciones, movimientos, organismos que luchan por el respeto a las distintas manifestaciones de los derechos humanos.
De manera que no resulta una sorpresa que, recientemente, los representantes de 26 organizaciones levanten sus banderas. Esta vez luchan por los derechos de las mujeres; y exigen al Gobierno que cumpla con la Constitución y los acuerdos internacionales que tienen como objetivo impulsar en el país la equidad de género.
De igual forma hay colectivos que plantean discutir una “Reforma policial integral”, para que la uniformada cumpla con su mandato constitucional y los objetivos fundamentales.
Eso incluye el tema de las recientes denuncias por agredir a protestantes que plantean sus reclamos de forma pacífica. Hay que hacer un alto.
No podemos seguir abriéndole campo al retroceso. Algo que podría convertirse en un verdadero quebradero de cabeza social, de no tomarse medidas, y reflexionar sobre este estado de degradación en el respeto a los derechos humanos.