En cierta ocasión una pareja se detuvo en la carretera para comprar dos hamburguesas en un negocio de comida rápida.
Cuando el pedido estaba ya en su poder se alejaron en su automóvil y se dispusieron a comerlas.
Al abrir una de las fundas de las hamburguesas encontraron dentro un fajo de billetes.
De inmediato, y sin dudar, emprendieron el regreso para devolver el dinero que no les pertenecía, razón por la cual al llegar pidieron hablar directamente con el dueño del negocio, quien luego de escucharlos quedó tan agradecido por el dinero recuperado como sorprendido por la buena acción realizada.
El hombre rápidamente quiso dar a conocer el destacable hecho llamando al programa de noticias del canal de TV del pueblo, pero la pareja humildemente se negó.
A pesar de ello, el agradecido hombre insistió entonces con sacarlos al aire por la FM del pueblo, pero la pareja nuevamente se negó.
Finalmente, el comerciante les tomó una fotografía, prometiéndoles que los exhibiría como los clientes del mes en la cartelera de su negocio. Fue en ese preciso momento que el hombre se acercó al comerciante y le dijo: -¡Por favor no haga eso! ¡Esta mujer no es mi esposa!.
Está claro. ¡No es lo mismo ser honestos que ser íntegros!
¿Qué significa, entonces?
Practicar la integridad significa ser de una sola pieza, no tener una vida ante mi familia o mi comunidad de fe, y otra en el trabajo, en la universidad, en el club, etc. Mostrar la misma cara en todos lados, sin duplicidades ni realidades ocultas. En otras palabras, ser personas que deciden integrar cada aspecto de su vida en una sencilla y transparente manera de vivir con la ayuda y el poder de Dios.
Reflexión: ¿ES USTED UNA PERSONA ÍNTEGRA?
(Contribución anónima).