Unos resultados electorales muy cerrados en Honduras han devuelto al pasado a muchos con la edad para haber visto y vivido uno de los episodios electorales tormentosos de los muchos ocurridos en el país, el último de ellos —el de 1994— del que salió el acortamiento en dos años del período de gobierno que se iniciaría el 16 de agosto, la reforma de la Constitución, el establecimiento de la doble vuelta en caso de que ninguno de los candidatos alcanzara el 50 % más uno de los votos y la primera parte de la reforma del sistema judicial.
Hasta ahora en Honduras se vive la fase del “tranque”, la superación y vuelta a contar a paso de tortuga y el avance con una ligera pero al parecer insuperable ventaja por parte de uno de los candidatos.
En el verano de 2026, en unos meses, hará 30 años desde la superación de aquella crisis electoral que tuvo como protagonistas a Joaquín Balaguer y José Francisco Peña Gómez.