El presidente François Hollande, desde que llegó al poder en mayo de 2012, ha instrumentado cambios en la normativa laboral francesa que facilitan los despidos, así como reformas al sistema jubilatorio que comprenden el aumento de los aportes y un proyecto de elevar la edad de retiro.
Hollande también ha asegurado que en los próximos tres años se recortarán gastos por 50,000 millones de euros (66,000 millones de dólares) y que lo ahorrado se utilizará para financiar una reducción de los impuestos laborales de las empresas.
En la entrevista de Le Monde, ministro de Economía, Arnaud Montebourg dijo que una tercera parte del dinero debería usarse para bajar los impuestos personales de modo tal de impulsar la demanda interna.