“Solo pensaba en mis hijos”: Ana María sobrevivió al colapso del Jet Set y hoy no duerme sin pastillas

Ana María Ramírez estuvo atrapada tres horas bajo los escombros del icónico club Jet Set mientras sonaba un merengue de Rubby Pérez. Sobrevivió, pero su vida ya no es la misma.
Santo Domingo.– “Lo recuerdo todo. Desde que llegué hasta que cayó el techo”. Recuerda Ana María Ramírez y su voz tiembla al narrar una de las noches más oscuras de su vida.
El techo de la icónica discoteca Jet Set Club colapsó durante una presentación del merenguero Rubby Pérez, dejando un saldo de 236 muertos y más de 180 heridos. Ana María es una de las sobrevivientes.
Aquel día, ella había salido con dos amigas a celebrar un cumpleaños. Era la primera vez que ellas iban al Jet Set. “Yo las animé”, dice.

Explica que esa decisión la persigue. Una de sus amigas murió bajo los escombros.
Lo vio todo
“El área donde yo estaba no colapsó de golpe, fue aplastándome poco a poco hasta dejarme inmóvil. No me podía mover”, relató durante una entrevista con el comunicador Tony Dandrades.
Estuvo atrapada casi tres horas. “Al principio pensé que iba a morir. Tengo dos hijos mellizos de cinco años y pensé: ‘No puedo morir, no puedo dejarlos sin su madre’”.
En medio del caos, la oscuridad y el polvo, oró a Dios. Se palpó el cuerpo. “Me di cuenta de que no tenía heridas graves, solo las piernas y una mano aplastadas. Dije: ‘Puedo vivir. Solo tengo que tener paciencia y esperar que me escuchen’”.

Secuelas emocionales
Ana María fue rescatada con vida, pero las heridas que le dejó aquella noche no solo son físicas.
“No soy la misma persona. No duermo sin pastillas, no he podido volver al trabajo. Tengo recuerdos recurrentes. Cargar con la culpa de haber llevado a mis amigas al Jet Set me pesa”.
90 días de tristeza
Tres meses después, encontró las fuerzas para regresar a la zona cero.
“Sentí la necesidad de ir, de llevarle una vela a mi amiga, de buscar una forma de desahogarme”.
Clamor de justicia
Sobre el proceso judicial, Ana María se muestra inconforme.
“No estoy satisfecha con cómo se ha manejado el caso. El Ministerio Público y la justicia se han inclinado más por la gente con poder que por las víctimas. Nos sentimos desprotegidos”.
La jueza Fátima Veloz, de la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente del Distrito Nacional, impuso medidas de coerción a los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, imputados por su presunta responsabilidad en el desplome. La magistrada consideró que los imputados tienen arraigo suficiente, por lo que no se dictó prisión preventiva.
Ana María no piensa rendirse: “Sí, vamos a proceder legalmente. Hasta lo último”.