Construcción de la Casa Hogar para las Hermanas Mayores, por la que harán recaudación de fondos el domingo. Duany núñez
Santo Domingo .-Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl llevan trabajando al servicio integral de las personas más pobres del país desde 1952 en áreas de la educación, salud y como ellas lo manifiestan, “donde quiera que haya una necesidad que cubrir”.
Llegaron a ser un grupo de aproximadamente 120 hermanas, quienes acompañaban en los centros educativos y los hospitales, pero actualmente hay 49 religiosas en todo el país apoyando diferentes proyectos como la Casa Rosada para niños con el virus de inmunodeficiencia humana y el Hogar Renacer para Niñas Abusadas.
Sor Josefina Almánzar, hermana asignada a la casa principal ubicada en las instalaciones del Centro Educativo Marillac, del ensanche La Fe, en Santo Domingo, explica que el país forma parte de lo que denominan la provincia del Caribe, junto con Puerto Rico, Miami, Cuba y Haití, donde el total de hermanas asciende a 169 y 11,472 a nivel mundial.
Hermanas mayores
Han pasado poco más de siete décadas desde que muchas de esas religiosas arribaron al país y, con estos años, ha llegado la vejez para muchas de estas que han dedicado sus vidas a los más necesitados.
Esta situación, es lo que motivó a la creación de la Casa Hogar para las Hermanas Mayores, pues aunque algunas, por amor, brindan servicio al ritmo que pueden, otras ya tienen achaques de la edad y requieren más atención.
Sor Carmen Veiga, quien llegó en 1958 al país, es una de esas que a pesar de tener 94 años, se mantiene activa ayudando a familias de escasos recursos y niños que llegan al Hospital Infantil Robert Reid Cabral, donde hasta la pandemia ofrecía servicios de enfermería.
Relata cómo por años pedía ayudas para las madres pobres que llegaban al hospital. De hecho, las personas siguen llevando donaciones de alimentos y medicinas por la certeza de que llegarán a quienes lo necesitan, por lo que en el Centro Marillac tuvieron que habilitar un espacio para recibirlas y así, asistir a unas 150 familias al mes.
Ahora están empeñadas en construir un espacio para las hermanas mayores que dedicaron toda su vida al servicio. La obra proyectada debe ir acorde con las exigencias para edificaciones con estos fines. La inversión es cuantiosa, pero están confiadas en que “Dios proveerá”.
Este espacio contará con 22 camas, con habitaciones según las necesidades geriátricas, espacios armonizados con el medio ambiente, acceso de ambulancias, áreas de visitas, estación de enfermería y consultorio médico.
Lo que hacen
Sor Antonia Gómez, consejera provincial, comenta que las “Hijas de la Caridad” se están enfocando más en lugares de difícil acceso para los servicios de salud, como en zonas rurales y bateyes. Algunas de las escuelas que regentean son dirigidas por laícos siguiendo su filosofía.
Detalla servicios como hogar de ancianos, hogar-escuela de niñas, trabajo pastoral y visitas domiciliaras, en Puerto Plata.
En el sur y este, están en San Pedro de Macorís, tienen un hogar de ancianos, unidad móvil de servicios de salud y se le lleva el medicamento del mes. También guardería en Las Matas de Farfán y liceo técnico en Vicente Noble.
“Nuestro carisma es que el pobre se levante”, expresa Martínez, al señalar que han colaborado para que los jóvenes puedan salir con una profesión técnica que les permita trabajar para pagar sus estudios.
En Santo Domingo, Gómez indica que funciona el Hogar Renacer, con alrededor de 30 niñas y la Casa Rosada, que cuenta con 13 niños, cuatro de ellos dominicanos y el resto de nacionalidad haitiana.
Las religiosas llamaron a las jóvenes a que se animen a compartir el carisma de las Hijas de la Caridad.
Este domingo recaudan fondos construcción
Ayuda. Las hermanas Antonia Gómez, Josefina Almánzar e Isaura Martínez, hicieron un llamado a las personas a apoyar con donaciones esta construcción, que servirá para las hermanas mayores que dedicaron su vida al servicio.
En ese sentido, las exalumnas del Centro Educativo Marillac han organizado un desayuno solidario para este domingo en el salón La Mancha del Hotel Barceló a partir de las 8:30 de la mañana, con una contribución de 2,000 pesos por persona.
Con esto buscan honrar el trabajo incansable de estas mujeres a favor de aquellos más vulnerables y desprotegidos.
Almánzar llamó al Gobierno a ayudar en esta construcción que permitirá una vejez digna a las religiosas.