Hermanitos necesitan seis cirugías y un millón de pesos
Santo Domingo- Sonriente de cara al sol, nos recibió Matheus Liriano Pérez, de ocho años, quien sueña con convertirse en arqueólogo para explorar el pasado de los dinosaurios. A su lado estaba su hermanita Lisbeth, inicialmente un poco tímida pero con la misma sonrisa radiante, esto a pesar de que padecen una rara enfermedad que les limita correr y jugar como otros niños de su edad, una condición heredada de su madre.
Detrás de ellos, apoyada en su bastón, caminaba su madre, Yunilda Pérez. Al verla, comprendimos de inmediato de dónde provenía la irresistible sonrisa de los pequeños.
Desde su infancia, Yunilda, de 38 años, había sufrido molestias en las rodillas que la llevaron a usar botas ortopédicas y a visitar constantemente a médicos especialistas. No fue hasta su adolescencia que recibió un diagnóstico definitivo: padecía la enfermedad de Perthes.
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Seis cirugías y un millón de pesos
De ella pasó a sus pequeños Matheus y Lisbeth que deben ser sometidos a seis cirugías, tres en cada pierna a un costos que ronda los 1.3 millones de pesos, lo que representa un fuerte golpe a la economía familiar, por lo que necesitan de una mano amiga para ver a sus vástagos correr como los demás niños de su edad.
La enfermedad de Legg-Calve-Perthes, comúnmente conocida como enfermedad de Perthes, es una osteonecrosis, es decir, una muerte del tejido óseo debido a la falta de irrigación sanguínea, que afecta la cabeza del fémur. Esta enfermedad, cuando se presenta en niños durante su crecimiento, puede generar graves problemas de salud a corto y largo plazo.
En el caso de Yunilda, esta afección era congénita, heredada de su padre al igual que otro de sus hermanos.
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A pesar de sus dificultades, manteniendo siempre una sonrisa, Yunilda nos cuenta que a los ocho años fue sometida a una operación en la rodilla. Posteriormente, desarrolló artrosis en las caderas, lo que requirió una cirugía de reemplazo total y la colocación de prótesis.
Explican que, como una pareja recién casada con el deseo de formar una familia, los médicos les advirtieron que debido a su condición, concebir sería difícil. Sin embargo, llegaron sus bendiciones: Matheus primero y dos años después, Lisbeth.
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El diagnóstico
«Como mi condición es congénita, estábamos atentos cuando los niños comenzaron a caminar», explica Yunilda.
«Al principio, todo parecía bien, pero luego notamos que Matheus caminaba un poco rígido, lo que nos causó pánico».
Acudieron rápidamente al médico, quien les tranquilizó diciendo que Matheus estaba imitando la forma de caminar de su madre.
Con el tiempo, la salud de los niños se deterioró, y decidieron buscar otras opiniones médicas.
La conversación continua mientras Lisbeth que cursa el primer grado de primaria dibuja un paisaje al pie de su madre, que nos explica que fue hasta febrero de este año que el pequeño Matheu, inició hacer crisis de dolor al punto de en la escuela tenían que acompañarlo al baño. De la rodilla las molestias pasaron a la cadera.
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